El 2023 empezó con problemas para Colo Colo, que de un momento a otro "perdió" a Juan Martín Lucero, su gran figura de la temporada pasada y que de manera unilateral decidió irse del Cacique a pesar de tener contrato vigente hasta el 2025.

El representante le consiguió un jugoso contrato en el Fortaleza de Brasil, apelando a una supuesta cláusula que tiene en Colo Colo de un millón de dólares, algo que en el club negaron completamente.

Saltándose la negociación entre equipos e incluso ausentándose del inicio de la pretemporada en Argentina, Lucero se cerró las puertas en los albos y desde Blanco y Negro no quieren saber nada de él incluso se caiga su paso al Brasileirao.

Y es que ante una probable demanda y lío judicial, desde el club del estado de Ceará estarían repensando la contratación del argentino. Con esto, Lucero puede quedar en un limbo entre ambos equipos y con un panorama bastante desalentador.

¿Se queda sin jugar? Los escenarios de Juan Martín Lucero en Colo Colo

Un acuerdo entre clubes

¿Escenario feliz? Lo mejor que podría pasarle a Lucero es que Fortaleza le haga una oferta como corresponde a Colo Colo, partir a Brasil y saltarse el problema en Tribunales. Si bien no existe cláusula como explicaron en Blanco y Negro, ante tal escenario podrían aceptar una oferta que satisfaga a ambas partes y se cierre el asunto.

Perdonazo

No sería extraño que Fortaleza desista de contratar a Juan Martín Lucero, teniendo que volver a Colo Colo. La relación entre ambos está cortada e incluso en conferencia el gerente técnico Daniel Morón explicó que ya no es del club e incluso buscan un reemplazo.

Pero al mismo se le preguntó si en un caso hipotético Lucero no concretaba el fichaje y tenía que volver, qué pasaría con él. El campeón de Copa Libertadores evitó dar una respuesta concreta, dejando una pequeña opción de que no todo esté perdido.

Claro que no sería sencillo por lo mal que salió, la opinión del hincha que ha criticado la decisión del delantero y la relación quebrada con compañeros y dirigentes. Como mencionó un histórico como Carlos Caszely, pedir perdón sería lo mínimo que debiese hacer Juan Martín.

"Para Quinteros, Lucero ya se fue. Lo da por ido. Si vuelve, habrá que re evaluarlo, conversarlo con el futbolista y con los dirigentes”, comentó Benjamín Bonhomme, periodista de ESPN que cubre al equipo en Argentina.

Demanda y tribunales

Quizás la más probable de todas y la que ya estudian en Blanco y Negro, es llevar todo a los tribunales. El hecho de haberse ido del club casi como un autodespido, puede generarle problemas a Lucero donde lo menor sería una demanda del Cacique para buscar una compensación económica.

En caso de que Fortaleza concrete el fichaje del delantero bajo las actuales condiciones, el actual campeón del futbol chileno podría pedir una millonaria indemnización al elenco brasileño.

Al congelador

La última opción es quizás la más probable dado el escenario actual. De no suceder el traspaso a Fortaleza, y de paso ahuyentando a otros equipos interesados ante el problema judicial que implica meterse en este engorroso contrato, el goleador estará obligado a volver al club salvo que se meta en un problema legal aún mas grave.

Como el Cacique incluso ya le busca reemplazo y la relación está cortada, en caso de que no haya solución podría de ser finiquitado hasta ser cortado por Gustavo Quinteros.

Una opción que aunque es rigurosa, ya ha sucedido en otras ocasiones y el delantero tendría que buscar opciones para salir. Entre los antecedentes recientes, algunos recuerdan el caso de Mauricio Pinilla con Universidad de Chile. El delantero se fue a Argentina y dejó la concentración azul, pero luego de que le cambiaran las condiciones y tuviera que volver a la U, desde el club le cerraron la puerta. Todo terminó en Tribunales y con una suma millonaria que pagó el delantero tras un tedioso juicio.

Claro que el hecho de ya haberse ausentado de la pretemporada es una situación grave que amerita castigo por parte de la institución a Lucero, por lo que no le saldrá gratis volver a Colo Colo y puede quedarse sin jugar un buen tiempo.