Fue en el minuto 88 del Clásico Universitario, cuando Universidad de Chile vencía, en ese momento, por 2-0 a Universidad Católica, que el técnico Mauricio Pellegrino mandó al campo de juego del Santa Laura al atacante Darío Osorio.

Una sustitución que tenía que ver con el desgaste del delantero uruguayo Cristián Palacios, pero que sin duda tenía un punto de vista diferente para Pellegrino: una le tenía que quedar a Osorio.

El plan Pellegrino

Hasta antes de este compromiso ante la UC, el nacido en Hijuelas sumaba 663 minutos en el torneo, donde, en los nueve compromisos disputados, no había marcado un gol en la temporada.

Un peso a su carrera, teniendo en cuenta de que Azul Azul lo puso en vitrina para poder venderlo en el presente mercado de pases, aunque su irregular campaña no ha dado frutos en ese negocio.

Por lo mismo, con una Universidad Católica cargada al ataque, trataba de acercarse en el marcador, y dejando muchos espacios en la defensa, era el momento para Osorio, que con un rapidez podría aprovechar una.

Eso fue lo que pensó Pellegrino, que en los ocho minutos que estuvo en la cancha (fueron seis de descuento), no se cansó de gritarles a los compañeros que buscaran a “Darío”.

El momento en que Darío Osorio logra derrotar a Matías Dituro en Santa Laura. Foto: Dragomir Yankovic/Photosport

Fue en el minuto 96, cuando Nery Domínguez despejó con todo un balón, que la pelota le quedó en mitad de la cancha a Nicolás Guerra, quien comenzó la contra para los azules.

En ese momento ya había levantado la cabeza, para ver que, por el otro sector de la cancha, Osorio ya iba corriendo en solitario para ir en busca del gol.

Nuevamente se escuchó a Pellegrino gritar “a Darío, a Darío”, por lo que la pelota le quedó a Osorio, quien pudo definir ante Matías Dituro, con un gol que lo hace romper una mala racha y, donde se espera, que marque su remontada.

Revancha

Osorio no se desesperó en la celebración. Levantó su cara y buscó una esquina donde estaban los fotógrafos para dedicar el tanto a su novia, mientras sus compañeros llegaban para abrazarlo.

En el banco Pellegrino tenía una celebración interna, porque puso al formado en el CDA en el momento preciso, con la clara intención de que esto sucediera en Santa Laura.

Sus compañeros también fueron pura alegría. Eso sí, el que más disfrutó fue su amigo de siempre, Lucas Assadi, quien una vez el juez del partido le puso fin al Clásico Universitario, corrió donde Darío, con quien se dieron un gran abrazo.

Una señal clara de que era el momento para el de Hijuelas, que segundos después fue abrazado por Matías Zaldivia y Nery Domínguez, dos de los referentes del plantel, que también se dieron cuenta de lo que pasó por la cabeza de Pellegrino: era la oportunidad de oro para levantar a su “joyita”.

Revisa el compacto del partido y el gol de Darío Osorio: