Una de las historias más impactantes en la historia del fútbol americano, aunque no por las razones esperadas, es la de Aaron Hernández. La vida del Tide End de los New England Patriots tomó un giro trágico cuando solo tenía 23 años, marcando una de las caídas más dramáticas del estrellato en este deporte.
Hernandez fue una estrella emergente de la NFL, nacido en 1989 en Bristol, Connecticut. Tras destacar en el fútbol americano universitario con la Universidad de Florida, llegó a los Patriots en 2010 como Tide End, firmando un abultado contrato como rookie, dos años después, el 2012, y tras una exitosa temporada firmó un contrato multimillonario con el equipo por casi 40 millones de dólares.
Pero esta prometedora figura del deporte vio su carrera desplomarse tras protagonizar un violento crimen que cambió su vida para siempre y cortó su carrera.
La vida de Aaron Hernández
Aaron Josef Hernandez nació el 6 de noviembre de 1989 en Bristol, Connecticut. Fue el menor de dos hijos de Dennis y Terri Hernandez.
Su relación con su padre, conocido como “El Rey”, fue complicada. Aunque Dennis lo impulsaba a destacar en los deportes, también era controlador y abusivo.
A los 16 años, Aaron enfrentó una pérdida devastadora cuando su padre murió inesperadamente durante una cirugía. Este evento marcó un cambio significativo en su comportamiento, alejándolo de su familia y del camino disciplinado que su padre había intentado inculcarle.
Hernandez brilló en el fútbol americano desde la secundaria, donde se destacó como receptor y Tide End, sin embargo, muchas universidades pasaron de reclutarlo debido a los rumores sobre su comportamiento y el círculo de amigos que frecuentaba.
Finalmente, fue reclutado por la Universidad de Florida, donde jugó bajo la dirección del entrenador Urban Meyer y se convirtió en una pieza clave para ganar el campeonato nacional de 2009.
Aaron Hernández fue reclutado por los New England Patriots en el Draft de la NFL de 2010. Fue seleccionado en la cuarta ronda como la 113 en la elección general.
Esto también llamó la atención de muchos aficionados, ya que consideraban a Aaron un jugador de primera ronda, por lo que se rumorea que su vida personal también jugó un rol importante en la posición en el draft.
Acusado de violento crimen
A pesar de que sus primeras temporadas con los Patriots fueron destacadas, tanto que su contrato se extendió y el dinero se elevó a mas de 40 millones, todo acabó el 2013 cuando fue arrestado por el asesinato de Odin Lloyd, un jugador semiprofesional.
Las pruebas en su contra, como grabaciones de cámaras de seguridad y mensajes incriminatorios, llevaron a su condena a cadena perpetua en 2015.
Mientras estaba en prisión, Aaron fue encontrado muerto en su celda. Se suicidó a los 27 años.
Su historia está plasmada en el documental de Netflix Killer Inside: The Mind of Aaron Hernandez, que explora su ascenso, caída y los factores que rodearon su trágico final, como su difícil infancia, traumas psicológicos y el impacto de la Encefalopatía Traumática Crónica (CTE) en su comportamiento.