La astronauta estadounidense Emma Green (Swank) se prepara para tomar el control de un equipo internacional en la primera misión a Marte, con ello deberá asumir la decisión de dejar atrás tanto a su marido (Josh Charles) como a su hija adolescente (Talitha Bateman) cuando más la necesitan.

En “Lejos”, el viaje en el espacio es sólo una excusa para explorar los sacrificios de una carrera tan demandante que te aleja de las convenciones sociales de lo que es tener una “vida normal”. Aún así, el corazón de esta historia lidia con las expresiones más mundanas del ser humano, desde el amor y la compasión, al resentimiento y la traición.

La serie logra que te encariñes tanto con los personajes que, cuando llegas al punto en que ellos mismos comentan que “no todo lo dañado es inútil”, ya no hay distinción entre la nave o los mismos tripulantes.

Algo particular es que aquí no está el aplauso de pie, el júbilo desbordante ante maniobras exitosas o el exceso de triunfalismo del que siempre pecan las producciones estadounidenses; dotando de realismo la tensión que construyen a través de los inconvenientes del viaje.

Ese realismo está sustentado también en la posibilidad de escuchar diferentes idiomas interviniendo en la trama, al tener figuras de varios orígenes. Si bien el inglés siempre es predominante, aquí no se invisibiliza al ruso, chino, hindi o el akan, como ocurre en la mayoría de las producciones o cuando se prefiere el doblaje. Hay una riqueza multicultural aquí que se obtiene de mejor manera al verla en su versión con audio original.

Al mismo tiempo abordan, no desde un punto crítico o discursivo sino que más bien desde la vereda reflexiva, las raíces y tradiciones culturales, la diversidad sexual, los prejuicios de una sociedad patriarcal, el despertar adolescente, la transición de las personas con capacidades diferentes, la fe y la religión.

En sus ocho episodios, la serie aprovecha el vasto espacio en toda su magnitud para entender quiénes son los involucrados, como variadas formas de representación de las civilizaciones que conviven en el mundo, así como sus complejas vías de comunicación e interacción. Todos entramos en conflictos, caemos en desacuerdos, pero también somos capaces de conciliar miradas y aunar esfuerzos para salir adelante.

El equipo de astronautas de “Lejos”.

Sin duda, parece cliché la animadversión de los representantes de China y Rusia contra la figura estadounidense, y sólo se acepta porque la naturaleza competitiva en la carrera espacial se da históricamente entre estas potencias. Esa idea algo ayuda, pero no del todo, tal pugna no parece necesaria entre los tripulantes, es mejor para las autoridades políticas que dejan en la Tierra y reducidas a un rincón de la trama.

Por otro lado, hay un juego de luces, fondos y colores en las escenas del espacio, que se vuelven atractivas por momentos. Sin embargo, hay otros pasajes, cortos pero significativos, en que el trabajo digital queda demasiado expuesto y al debe, por lo que te saca de lo que están contando.

La familia deEmma Green, en “Lejos”.

Cada espectador verá qué tan dispuesto está a perdonar las falencias. Almenos, en su arista narrativa, “Away” se convierte en un melodramaépico que examina los avances que es capaz de producir el ser humano enfrentados alos sacrificios personales que exigen tales logros.

Así, cumple con transmitir una historia lo suficientemente emotiva como para atrapar audiencias que busquen algo más bien esperanzador en tiempos de encierro, soledad y, por supuesto, un obligado distanciamiento de los seres queridos.