Un fuerte discurso realizó el presidente Gabriel Boric en el tercer aniversario del Estallido Social. El 18 de octubre de 2019, millones de chilenos salieron a las calles para reclamar por mejores condiciones de vida.

Hoy, el mandatario habló en La Moneda sobre ese momento y sus repercusiones. Estos son lasfrases más destacadas:

1. “Hace tres años miles de personas se manifestaron expresando un malestar acumulado por largo tiempo, que clamaba por mayor justicia, igualdad y el fin de los abusos. Se manifestaron para que ni el tamaño de la billetera ni el lugar de nacimiento fueran condición para acceder a una vida segura, a una salud digna, a una educación de calidad y por la necesidad de contar con pensiones que garanticen jubilaciones dignas tras una vida de esfuerzo“.

2. “El Estallido no fue una revolución anticapitalista y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, fue una pura ola de delincuencia. Fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad que la política, de la cual somos parte, no ha sabido interpretar ni dar respuestas. Cuando leemos el Estallido solo para reafirmar nuestras concepciones estamos eludiendo su mensaje y enseñanza”.

3. “Desde otros países observan la oportunidad que hemos producido entre todos los chilenos y chilenas al transformar este tremendo quiebre en un proceso de cambios institucionales y democráticos. Eso es el proceso constitucional, esas son las reformas que tenemos en carpeta. Insisto, una vez más, en Chile los problemas de la sociedad los enfrentamos con más democracia y no con menos”.

El 25 de octubre de 2019, más de un millón de personas salieron a las calles de Santiago. (AGENCIA UNO)

4. “En esos días del Estallido se dijeron y se hicieron muchas cosas excesivas. Nos agredimos unos a otros y creo que somos muchos los que sentimos que en ese periodo las cosas llegaron a un extremo que no debieran haber llegado. Sin embargo, no basta con constatarlo ni apuntar al del frente, sino preguntarnos por qué nos pudo pasar esto, por qué hubo tanto destrozo, por qué tanto enojo, por qué tanto desborde”.

5. “Se escuchan a veces opiniones que se limitan a explicar el 18 de octubre como si fuera una pura explosión de violencia, como si esa violencia hubiese brotado solo de la delincuencia o de la falta de control policial. Sin embargo, quienes promueven en estos días esa mirada se les olvida que hubo un día, el 25 de octubre, en el que más de unmillón de personas salió a las calles en Santiago y miles en el resto del país. Y hubo un periodo largo, que no fue una o dos semanas, sino de meses y meses en que más del 70% de la población apoyó el Estallido Social”.

6. “En los carteles que portaban la gran mayoría de manifestantes pacíficos y en sus respuestas a las encuestas de la época se encuentran ideas que se repiten una y otra vez: dignidad, salud, pensiones, educación, salud mental, cuidado de la infancia, paz, el derecho de vivir en paz. Una de las razones por las que llegamos a este punto fue por la incapacidad que tuvimos en el mundo político deacordar soluciones para estos problemas”.

7. “El mandato de nuestro Gobierno, entonces, es poner fin a este largo periodo de sequía en que las reformas no se concretan por falta transversal de acuerdo en el mundo político y, además, de hacernos cargo de las urgencias del momento. De eso se trata nuestra reforma tributaria, de financiar derechos sociales; de eso se trata nuestra reforma provisional, de asegurar pensiones dignas que son urgentes; de eso se trata la reforma a la salud para que ésta sea oportuna, digna y sin listas de espera eternas. Por eso aumentamos, en conjunto con el empresariado, los trabajadores y las Pymes el sueldo mínimo y por eso estamos impulsando la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales. De eso y no está de más recordarlo se trata, también, el proceso constitucional. Sabemos que Chile nos pide reformas, pero no le está dando un cheque en blanco a quienes las estamos impulsando. Y las reformas que pide no siempre coinciden con las que promovemos los reformistas. El primer proceso constitucional fue, de hecho, una prueba de ello y el resultado del plebiscito así lo ha dejado claro”.

8. “Hoy vemos que las personas que tienen exigencias materiales, del día a día, están, muchas veces, alejadas de las recetas políticas de unos y de otros. Quieren derechos sociales garantizados, pero también quieren defender su autonomía y su posibilidad de elección. Quieren un Estado que proteja, pero no que ahogue. Quieren igualdad y reivindican, a su vez, su libertad“.

La labor de Carabineros fue duramente criticada durante el estallido. (AGENCIA UNO)

9. “El Estallido Social fue también un momento doloroso desde el punto de vista de los derechos humanos.Como Estado debemos asumir que el control policial de esos meses sobrepasó los límites de lo aceptable, hubo muertos, hubo abusos sexuales, hubo mutilaciones oculares y eso no puede quedar impune, y no se puede volver repetir. Es indispensable que en democracia los abusos policiales se investiguen y se sancionen: no sólo es un acto de justicia a las víctimas, sino también es un acto de justicia con la institución policial, cuya labor no debe ser confundida con actuaciones que fueron gravísimas y condenables, porque no son representativas de la labor diaria que más de 60.000 carabineros realizan día a día a lo largo y ancho de nuestro país”.

10. “El Estallido Social fue un campo fértil para la expansión de conductas violentas destructivas. Esa violencia se volvió contra las propias causas del Estallido al producir una creciente ola de rechazo en la sociedad, cansada de ver cómo el vandalismo destruye los barrios, el comercio y el patrimonio, abriéndole paso a acciones que son delictuales. Este tipo de violencia no es inocente. Causa daño. Alienta el odio, genera inseguridad y termina fomentando regresiones políticas antidemocráticas que no queremos para Chile. Desde la Izquierda debemos ser más categóricos que nadie en poner un dique a esas conductas, en enfrentarlas sin complejos, denunciarlas y castigarlas. (…) No podemos construir un país más justo quemando los buses en que se transportan los ciudadanos y ciudadanas o dejando a personas sin semáforos para cruzar la calle o a los emprendedores y trabajadores sin su fuente de ingreso. Simplemente no es aceptable, como tampoco lo es ir a atacar a policías, que son, a fin de cuentas, funcionarios del Estado que están cumpliendo un servicio que les encomienda el sistema democrático”.