Este martes el Ministerio de Hacienda entregó alentadoras noticias para la economía, señalando que se registró por primera vez en diez años se registró un superávit fiscal, el cual fue del 1,1% del Producto Interno Bruto (PIB).

La cifra se explicó por el ajuste a la entrega de bonos excepcionales al general de la población, como lo fue el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o el Préstamo Clase Media, entre otros aportes entregados ante la emergencia del COVID-19. En detalle, el gasto público se contrajo 23,1%, la mayor cifra histórica.

Por otro lado, el gasto de capital, referido a desarrollo de inversiones, aumentó 4,7% y los ingresos aumentaron un 6,3% real. Todo ello permitió lograr un superávit fiscal del 1,1% del PIB (2.953.383 millones), primer balance favorable desde el 2012.

Los detalles los entregó el ministro titular de la billetera pública, Mario Marcel, quien aprovechó de hacer un llamado a ser realista en 2023, señalando que espera que sea un periodo “de consolidación fiscal”.

¿Por qué es importante que exista superávit fiscal?

En términos económicos, el superávit fiscal se produce cuando los ingresos fiscales son mayores a los gastos públicos en un periodo de tiempo determinado, en este caso, en 2022. Así, como hay más ingresos que gastos, existe dinero ‘ahorrado’, que se puede utilizar para distintos programas en materia de vivienda, educación, seguridad, salud y otros tópicos de relevancia nacional.

Para el caso de Chile es particularmente relevante ya que, durante los 10 años que no se alcanzó el superávit fiscal, la administración pública debió recurrir a dineros acumulados en años anteriores al 2012, además las deudas pública y externa, que, en el peor momento llegó a ubicarse en torno a los $49.105 millones de dólares en el primer trimestre 2022.