Arturo Vidal fue villano en el empate entre Colo Colo y Deportes Iquique en la Liga de Primera. El volante se perdió un penal, hizo un autogol y se peleó con Fernando de Paul en el Tierra de Campeones, sumándole otro escandaloso capítulo al triste año que ha vivido el Cacique.
El King está lejos de ser aquella figura que brilló y recibió el apoyo incondicional de los hinchas albos durante la temporada 2024. Hoy, es fuertemente cuestionado por episodios de este tipo. Se suma, también, que los fanáticos se molestaron por su intención de irse a jugar el Mundial de Clubes.
Renata Almada analizó el momento de Vidal. “Para entender sus altibajos en 2025, es necesario comprender la forma de operar que sugiere su personalidad. Conocemos a Vidal como un jugador aguerrido, voluntarioso y atrevido. Pero también hemos visto a otros matices menos funcionales de su personalidad que le juegan una mala pasada” dijo a Dale Albo.
“Esos rasgos negativos de la personalidad de Vidal suelen aparecer cuando el entorno o la circunstancia no le están ofreciendo algo que para él pareciera ser imprescindible para poder rendir: reconocimiento, admiración y validación”, complementó la psicóloga deportiva.
Experta analiza el turbulento presente de Arturo Vidal
“El episodio vivido con Fernando de Paul deja entrever una posible incapacidad de lidiar y gestionar de manera asertiva su frustración. En vez de elaborar y procesar ambos errores para seguir enfocado en el partido, su reacción fue desorganizarse internamente y proyectar hacia el compañero su decepción con el mismo”, agregó Renata Almada.
“Su respuesta ante eso transita entre tener comportamientos exagerados para compensar esa falta: muestras exageradas de confianza y superioridad (promesas fuera de la realidad y provocaciones a los rivales como en el partido contra Racing), la huida (deseo de ir a jugar por Pachuca en el Mundial o hacerse quedar indisponible para el último partido de chile contra Bolivia) y momentos de desesperación por recuperar la atención y el cariño que anhela“, sumó.
Por último, mencionó que “perfiles así suelen generar problemas en su entorno laboral por la constante necesidad de admiración, incapacidad de aceptar críticas y la falta de colaboración, lo que redunda en un bajo rendimiento general del equipo”.