Julio Barroso ya jugó dos partidos con Everton y parece vivir un renacer más allá de la cancha. Y es que su rendimiento fue bueno en los últimos partidos de Colo Colo, pero ahora el Almirante se ve como “reencantado” con la actividad, algo que disfruta a concho.
En esa nueva etapa de su vida profesional, dialogó sin filtro con Nexo, de ESPN, donde confesó que la historia pudo cambiar por completo y no ser un referente de Colo Colo: casi firmó en Universidad de Chile tras dar la vuelta con O’Higgins.
“Pude ir a la U, fue lo más cerca. Los clubes empiezan a avanzar en negociaciones, pero el que más se decidió fue Colo Colo. Hice un buen torneo con O’Higgins y se abrieron las puertas para pegar el salto”, reveló.
Y ahora, ¿iría? “No, ya no podría jugar en la U. Tengo una identidad con Colo Colo. A Católica lo enfrenté mucho, sería raro. Los respeto muchísimo a los dos equipos. El jugar, enfrentarlos, cómo animan el torneo… Les quiero ganar siempre, sin duda, pero los respeto mucho. Y estoy contento ahora, uno no necesita jugar en un grande para ser contento, sino ser feliz donde estés”, abundó.
Al ser consultado por colgar los botines, se aventuró con una confesión más allá: casi lo hace y dependió de un partido de 90 minutos. “El retiro está en la mente según el momento que estés viviendo. Si me preguntas hace tres meses, decía que me retiro apenas terminara todo. Si descendíamos, me retiraba. No creía soportar un descenso y seguir jugando, era una humillación para mí y para Colo Colo. Si Colo Colo descendía, me retiraba. Lo sabe mi círculo íntimo, nadie más. No hubiera tenido la fuerza ni la capacidad de soportar algo así, era una mancha muy grande para el club. Y no porque era toda mi responsabilidad, pero vivo esto a máxima intensidad. Por eso disfruto o sufro tanto, lo llevo a extremo, pero lo viví siempre así”, sorprendió.
“Mi rendimiento había subido por la confianza que me dio Gustavo (Quinteros), me dio la capitanía, tuvimos buenas conversas y eso me generó pensar que no estaba mal físicamente o deportivamente, estaba mal de la cabeza. No soportaba lo que estaba pasando. Gracias a Dios no pasó y salimos. Después de este cierre, Everton me ofrece dos años con opción a tres, volví a jugar y me di cuenta que mi mente estaba muy mal para tomar esa decisión. Muchos me lo decían, pero no lo aceptaba. En Ñublense perdía tres partidos y me encerraba en una habitación. Somos así los jugadores, locos. Uno no para nunca de aprender. Ahora de nuevo estoy con que quiero jugar mucho más”, completó.
Finalmente, Barroso dijo de la salida de los históricos del Monumental que “me cuesta incluirme, estuvo Chupete, Valdivia, Villar, Gonza Fierro, hay una lista grande. No sabría decir qué pasa con las salidas de los referentes. Entiendo las posturas de rejuvenecer, no somos dueños de las instituciones, las disfrutamos, pero siempre pido claridad. Es lo más lindo que hay. Uno puede cortar relaciones de todo tipo, pero con claridad y decirlo en la cara. Eso me duele más que irme, lo otro es parte de. Si se termina algo, se asume. Es la manera. Después de brindar algo y ver el historial de cada jugador, pudo ser de otra manera. Hay chicos que le dieron muchísima historia al club pero ya está, ojalá se aprenda de los errores”.