Alfredo Arias no lo podía creer: luego de dirigir su primer partido al mando de la banca de Universidad de Chile recibió la noticia en el mismo camarín visitante del Estadio Ester Roa, de la renuncia del presidente de Azul Azul, Carlos Heller.

“Me produce dolor que triunfen los malos, que cuando hay una buena persona en el fútbol se tenga que ir por la gente que se siente dolida. Aparte del aliento, ¿qué dan ellos?. He mirado las instalaciones y este club es ejemplar. Si los de adentro no estamos a la altura y no ganamos, no es él que se tiene que ir. Me envenena y me calienta que triunfen los malos. Me hace revelarme ante esto. El fútbol y la vida necesitan más gente como Heller. Es fácil mandar amenazas anónimas excusados porque se pierde. Sé que estas declaraciones no me van a granjear ninguna amistad. Yo vine a entrenar a un equipo”, afirmó el uruguayo.

En el afán de defender a Carlos Heller, Alfredo Arias dio un ejemplo respecto a lo que vivió en su anterior paso por Chile“A mí nunca nadie me regaló nada. Llegamos a Santiago Wanderers y se retiró el apoyo en un momento. Me duele que la persona que me trajo hoy tenga que dar un paso al costado por los anónimos. Si ellos vinieran y dijeran que van a sacar adelante a la institución, yo no diría nada. Tengo tristeza, pero no porque hayamos perdido. Estoy adolorido porque siempre en el mundo la masa se equivoca", cerró.