El 10 de abril de 1994 se jugó la sexta fecha del grupo 3 de la Copa Chile, donde en el partido de la jornada, en el Estadio Nacional, se verían las caras los dos rivales de siempre, Universidad de Chile y Colo Colo.

La U venía de buenos partidos y cosechando los frutos del proceso que inició Arturo Salah en 1992. En tanto el Cacique se reinventaba con Vicente Cantantore en el banco con una gran cantidad de jugadores nuevos.

El entrenador de los azules sabía que 1994 era el año del remate, y necesitaba refuerzos para puestos específicos. Pudo traer a la Bruja Aredes, jugador argentino que seguía desde la noche azul del 92 cuando con Estudiantes de la Plata le pintó la cara a los azules. Convenció al Pato Mardones para dejar O´Higgins, contrató a Ronald Fuentes, gran promesa del fútbol chileno y sólo le faltaba algo importantísimo: el centrodelantero. Salah exigió la contratación de Marco Antonio Figueroa, que por esos años la rompía en México, por lo mismo era imposible para las arcas universitarias así que comenzó la temporada con ese vacío, y con la esperanza de llenarlo antes del inicio del Torneo Nacional.

La Copa Chile exigía a los equipos alinear un jugador sub 20, y el entrenador de los azules decidió partir con Juan Silva, un volante de corte que haría dupla o con Luis Musrri o con Patricio Mardones. Sin embargo, el Cabezón se lesionó antes del debut de Universidad de Chile en el Monumental así que se decidió por un joven delantero que había llegado a los 16 años a la U, José Marcelo Salas.

 

En su primer partido de ese 1994, los Laicos empataron 1-1 con Colo Colo en Pedredo, precisamente el penal se lo hicieron a Salas. Luego de eso, el sureño marcó tres goles: A Santiago Wanderers, Unión Española y Unión San Felipe.

La parcialidad bullanguera ya comenzaba a percibir que el cabro chico con la camiseta 11 era distinto, que se atrevía a rematar de cualquier lugar de la cancha, que era rápido y atrevido y que por sobre todas las cosas, era dueño de un olfato de gol como pocos.

Pero faltaba la guinda de la torta, el partido decisivo, el bautizo, el inicio de la leyenda, y eso ocurrió precisamente un 10 de abril, pero de 1994 en el Estadio Nacional y frente a 47.384 espectadores.

La U formó con Sergio Vargas; Cristián Castañeda, Luis Abarca, Rogelio Delgado, Fabián Guevara; Luis Musrri, Patricio Mardones, Esteban Valencia, Raúl Aredes; Marcelo Jara y Marcelo Salas. En tanto Colo Colo lo hizo con DanielMorón; Ricardo González, Javier Baena, Javier Margas, Pedro Reyes; Miguel Ramírez, Freddy Ferragut, Marcelo Fracchia, Marcelo Vega; Patricio Yáñez y Rubén Vallejos.

 

Antes del pitazo inicial, hubo un minuto de silencio por la muerte de Andrés Bobe, fundador del grupo La Ley, gran fanático de la U y que había perdido la vida luego de acudir a un evento en beneficio de la hija de Héctor Robles.

A los 8 minutos, el sub 20 Marcelo Salas aprovechó un mal control que hizo Miguel Ramírez en la salida y de primera sacó un latigazo para hacer estéril el vuelo de Daniel Morón. El Huaso como le decían sus compañeros corrió hacia el sector de marquesina buscando con su mano a alguien, se dijo en un principio que se lo dedicó al entonces Presidente Eduardo Frei, que estaba presente en la Tribuna Oficial, sin embargo el mismo Salas aclaró en camarines que fue para su madre, la que viajó especialmente para verlo jugar.

 

Siete minutos después, cuando el reloj marcaba 15, Morón tuvo la pésima idea de cancherear al delantero de la U, el que le pincho el balón y lo empujó al fondo de la red para decretar el 2-0 en favor de Universidad de Chile.

La U se hizo dueña absoluta del partido, con un mediocampo brillante compueso por Musrri, Mardones, Aredes y Valencia. Precisamente el Huevo eludió rivales y estrelló su remate contra el horizontal. En ese momento la parcialidad alba no aguantó más y comenzó a quemar los antiguos asientos de madera del coliseo ñuñoino frente a la mirada perdida de Frei y varios de sus ministros.

 

El partido se reanudó y la fiesta azul seguiría en el segundo tiempo. Minuto 61 y una pelota que se pasea en el área de Colo Colo es cazada por Salas para decretar el 3-0 y su primer hatrick con la camiseta de la U.

Los hinchas universitarios celebraron a todo pulmón más que el triunfo en sí sobre el archirrival, el nacimiento de un idilio que dura hasta estos días, claro, sería el punto de partida para la carrera de un jugador elegido el mejor de América y que supo pasear su calidad por Argentina e Italia.

Para el registro quedará el gol de Valencia de penal, y del Camión Vallejos también desde los doce pasos para cerrar un marcador de 4-1 en favor de Universidad de Chile.

Luego de la aplastante victoria, el periodista Danilo Díaz en la revista Don Balón, bautizaría Matador a Marcelo Salas, Arturo Salah se olvidó del Fantasma Figuera y los fanáticos azules comenzaron a disfrutar a un jugador que los llenó de alegrías.