Este miércoles el Instituto Nacional de Economía dio a conocer que el IPC de enero tuvo una variación del 0,8%, impulsado principalmente por el precio del pan y superando las expectativas del mercado, que apuntaban a un aumento del 0,5%. De todas maneras, el resultado anotó la segunda baja consecutiva en la inflación en doce meses.

Pero, ¿Qué significa todo esto y cómo afecta a las personas?

¿Qué es el IPC?

El IPC es el Índice de Precios al Consumidor, un indicador económico elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que mide mes a mes la variación conjunta de los precios de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares del país, vale decir, el costo de la vida generalizado.

La canasta de bienes y servicios se compone 303 productos repartidos en doce divisiones: Alimentos y bebidas no alcohólicas, Bebidas alcohólicas y tabaco, Vestuario y calzado, Vivienda y servicios básicos, Equipamiento y mantención del hogar, Salud, Transporte, Comunicaciones, Recreación y cultura, Educación, Restaurantes y hoteles, y Bienes y servicios diversos.

La medición se traduce en datos oficiales de la inflación, que representa el nivel general de precios. Cuando la inflación aumenta, se disminuye el poder adquisitivo del dinero.

¿Cómo influye en la población?

El problema es que el IPC no solamente sirve como medida del costo generalizado de los precios, sino que se utiliza para regular y reajustar arriendos, créditos, sueldos y salarios, y diferentes contratos públicos y privados.

Además, se usa para reajustar diversas tarifas reguladas por la autoridad como los servicios básicos, por ejemplo, electricidad y agua potable, locomoción colectiva, entre otros. El Estado también reajusta los beneficios sociales con base a la inflación.

Los datos del IPC también se utilizan para el cálculo de la Unidad de Fomento (UF) y la Unidad Tributaria Mensual (UTM).