La primavera es una de las estaciones más esperadas del año. Los días se alargan, las temperaturas se vuelven más agradables, y la naturaleza se despierta con una explosión de color y vida. Sin embargo, para muchas personas, está fecha también marca el comienzo de una temporada menos deseada: la temporada de alergia a la primavera.

En Chile, este fenómeno no es raro y lo que a menudo sorprende es por qué algunas personas que antes no experimentaban alergias primaverales ahora están lidiando con los síntomas. En este artículo, exploraremos las razones detrás de aquello.

¿Por qué ahora soy alérgico a la primavera si antes no lo era?

Una de las razones por las que algunas personas experimentan alergias primaverales por primera vez en sus vidas es un cambio en su sensibilidad a los alérgenos. La sensibilidad a las alergias puede desarrollarse a lo largo del tiempo debido a una variedad de factores. La exposición continua al polen puede sensibilizar el sistema inmunológico, haciendo que reaccione de manera exagerada ante las partículas alérgenas.

La primavera trae consigo un renacimiento de la naturaleza, con árboles y plantas en floración, la liberación de polen y el aumento de la actividad de insectos como las abejas. Aunque esto puede ser hermoso, también puede ser problemático para aquellos que son propensos a las alergias.

La alergia primaveral se debe principalmente a la exposición al polen liberado por las plantas. Este polen, transportado por el viento o por insectos, puede desencadenar reacciones alérgicas en personas sensibles. Los síntomas comunes incluyen estornudos, congestión nasal, picazón en los ojos y garganta, y secreción nasal.

Edad y alergias

La edad también juega un papel importante en el desarrollo de alergias primaverales. Los niños y jóvenes son más propensos a desarrollar alergias que las personas mayores. A medida que el sistema inmunológico madura, las reacciones alérgicas pueden volverse menos intensas o desaparecer por completo.

Por lo tanto, es común que alguien que nunca haya tenido alergias primaverales en su juventud las desarrolle más adelante en la vida.

Cambios en el medio ambiente

El cambio climático y los patrones climáticos también pueden influir en la alergia a la primavera. Las variaciones en las temperaturas y la cantidad de lluvia pueden afectar la concentración de polen en el aire.

Si hay un invierno más cálido o una primavera más húmeda, es probable que haya una mayor producción de polen, lo que podría provocar la aparición de alergias primaverales en personas anteriormente no afectadas.

Prevención y tratamiento de la alergia primaveral

Si bien no siempre es posible evitar las alergias primaverales, hay medidas que las personas pueden tomar para reducir su impacto. Algunos consejos útiles incluyen:

Monitoreo del pronóstico del polen: Verificar las previsiones diarias de polen puede ayudar a las personas alérgicas a planificar su día y tomar precauciones.
Mantener ventanas cerradas: Evitar la ventilación de la casa durante los momentos de alta concentración de polen.
Utilizar purificadores de aire: Los purificadores de aire pueden ayudar a reducir el polen y otros alérgenos en el interior.
Medicamentos antialérgicos: Los medicamentos antialérgicos, como antihistamínicos y corticosteroides nasales, pueden ser recetados por un profesional de la salud.
Inmunoterapia: En casos graves, la inmunoterapia, que implica la exposición controlada al alérgeno, puede ser una opción de tratamiento.

¿Cuándo ir al médico?

La Clínica Mayo recomienda en su sitio web acudir al médico cuando los remedios caseros y medicamentos de venta libre no funcionan. En este caso, lo ideal es acudir a un especialista y realizase pruebas cutáneas o análisis de sangre, para detectar exactamente qué alérgenos desencadenan los síntomas.

El especialista médico que se encarga de diagnosticar y tratar las alergias se conoce como “alergólogo” o “inmunólogo clínico”. Estos profesionales tienen experiencia en el diagnóstico y manejo de una amplia variedad de trastornos alérgicos, incluidas las alergias estacionales como la alergia a la primavera, así como las alergias alimentarias, las alergias a medicamentos y otros tipos de reacciones alérgicas.

Si alguien experimenta síntomas alérgicos persistentes o graves, o si se sospecha una alergia, es recomendable consultar a un alergólogo o inmunólogo clínico para una evaluación adecuada y el desarrollo de un plan de tratamiento.