El fútbol femenino en Chile está creciendo a pasos agigantados. Desde que en 2019 conociéramos los primeros contratos profesionales, que llegaron de la mano de Santiago Morning justo después del Mundial de Francia, hoy ya son siete los clubes que cuentan con jugadoras contratadas: Colo-Colo, Universidad de Chile, Fernández Vial, Palestino, Deportes Puerto Montt, Universidad Católica y el mismo Chago. Solo ellas y las Albas tienen el 100% del plantel en estado profesional.

Pero en 2022, casi tres años más tarde, el país está a punto de ver una revolución necesaria en la disciplina: el Senado aprobó, este martes, el proyecto de ley que exige la profesionalización del fútbol femenino. En su primer año, los clubes deben contar con el 50% del plantel contratado, 75% el segundo, para subir al 100% en el tercer año.

El único trámite legislativo que falta es que la Cámara de Diputados vuelva a revisar el proyecto y, finalmente, este sea aprobado y se promulgue, para convertir en ley el fútbol femenino profesional. Quizás, el sueño que tenemos todos quienes seguimos esta disciplina y trabajamos día a día, desde nuestros distintos frentes, para que esto ocurriese.

¿Qué implica profesionalizar al futfem? De partida, hoy muchas de las mujeres que juegan fútbol deben realizar otras labores en paralelo (otro trabajo, estudios, etc), porque los aportes que dan los clubes no alcanzan para vivir. Por ende, firmar un contrato y recibir un sueldo digno permitiría que ellas se dedicaran exclusivamente a la práctica deportiva y mejorasen su rendimiento personal y grupal.

Además, desde la temporada 2022 la ANFP volvió a exigirle a todos los clubes que tengan un equipo masculino en Primera División o en el Ascenso que tengan una rama femenina, lo que también permite mejorar las condiciones, la competitividad e ir dándole ritmo no solo a la disciplina, sino también a las categorías de la selección chilena que se nutren del fútbol nacional.

Lo dijo Carla Guerrero esta semana: hay que comprometer a los clubes. Muchos se quejan de que el futfem no vende, ¿pero cómo va a haber retorno si no hay inversión? Si tercerizan a sus ramas, si no buscan sponsors que quieran apoyar el proyecto, si siguen haciéndose los locos cuando generan recursos, pero no los destinan a ellas.

"Que hagan que el campeonato sea competitivo, porque después nosotras queremos ir a enfrentar Copa América o Libertadores, y por eso quizás nos ganan y vienen las críticas, porque el campeonato no es tan competitivo", explicó la Jefa. Y es verdad. Los 8-0 o 9-0 a rivales del medio local no son decidores de lo que un club puede hacer en el extranjero…

Puerto Montt es la viva muestra de que se puede; a punta de patrocinadores locales firmaron sus dos primeros contratos profesionales este mes, están a punto de inaugurar un camarín exclusivo para las mujeres en el Chinquihue, abrieron el estadio a sus hinchas y aumentaron los aportes a todas sus jugadoras. ¿Qué pasó? Van punteras, con 6/6 puntos.

Fue el caso de Fernández Vial, también. Apenas se pusieron las pilas, invirtieron y firmaron contratos, rápidamente los resultados abultados se redujeron, empezaron a fichar jugadoras provenientes del extranjero y bombas locales, y avanzaron a los play-offs del campeonato nacional. Se dedicaron a competir. O la U, que cuando empezaron la profesionalización lograron clasificar a semifinales de Copa Libertadores Femenina.

Es poco, es cierto; pero entre nada y algo, todo suma. Al menos yo prefiero ser optimista y ver el vaso medio lleno con cada avance, por mínimo que sea, porque es una señal de que la institución sabe que pueden competir, con el convencimiento de que las mujeres merecen mejores condiciones y ellos son el motor para cambiar su realidad actual.

El fútbol femenino en Chile está cerca de ser completamente profesional. Es un cambio que no se dará de la noche a la mañana y la ley les dará tiempo a las instituciones para implementar y firmar los primeros contratos, que requieren una inversión inicial grande, pero será.

Sin embargo, hay fe y esperanza. Hay optimismo e ilusión. Las mujeres merecen(mos) el voto de confianza y que se la jueguen por nuestro trabajo. Mientras muchos obtusos sigan diciendo que el fútbol femenino no vende, y la industria demuestre cada día que sí, mejores condiciones habrá y la profesionalización será plena. Como dijo Marcelo Gallardo, que la gente crea porque tiene con qué creer. Y aquí aplica al 100%.