Este miércoles 31 de agosto se cumplen 25 años de la muerte de Diana, la Princesa de Gales, quien se convirtió en una de las figuras más admiradas y queridas de la monarquía británica y cuyo legado sigue presente en la actualidad.

La muerte de Diana, también conocida como “La princesa del pueblo” debido a su cercanía con la gente, impactó al mundo entero el año 1997 cuando se comunicó que a sus 36 años dejaba de existir producto de un accidente automovilístico en París. Producto del impacto también fallecieron su compañero Dodi Fayed y el conductor Henri Paul.

Diez años después de su deceso, un jurado determinó que el accidente se produjo por la conducción imprudente del chofer, como de los paparazzis que perseguían el vehículo.

Diana cambió la imagen de la monarquía y la relación que la realeza tenía con las personas. Además continuó manteniendo el título de “Princesa” incluso después de su separación del príncipe Carlos, con quien tuvo dos hijos; Harry y William.

El legado de la princesa Diana.

A 25 años de su muerte, el legado de la princesa de Gales sigue intacto y cada aniversario desde su fallecimiento es recordado por millones de personas en todo el mundo.

Gracias a su carisma, su cercanía y su activismo social, Diana dejó su marca en todo el mundo.

Princesa Diana

En 1987, tomó la mano de una persona con VIH, durante una época donde había mucha estigmatización respecto al virus de la inmunodeficiencia humana ayudando a romper la cadena de desinformación durante la década de los 80s.

Diana se refirió muchas veces al estigma que rodeaba la enfermedad y, durante una conferencia sobre niños y SIDA en 1991, alentó a las personas a acercarse a quienes lo padecen.

En este discurso, dijo: “El VIH no hace que las personas sean peligrosas de saber, así que puedes estrecharles la mano y darles un abrazo, Dios sabe que lo necesitan”.

También recibió un famoso beso en la mano por parte de una mujer croata de la tercera edad llamada Martha Meej, mientras visitaba un campo de refugiados durante una gira oficial real por Hungría en 1992.

En 1993 visitó Zimbawe en donde visitó a pacientes con Lepra para visibilizarlos y ayudar a desestigmatizar la enfermedad.

El año 1997, la princesa visitó un campo minado en Angola, en donde caminó por un angosto paso que fue despejado de explosivos. Tras su separación de el Príncipe Carlos, Diana visitó zonas de guerra en todo el mundo para entregar un mensaje de paz. Murió sólo unos meses antes de que la ONU votara para prohibir las minas terrestres.

Durante su activismo, la princesa realizó diversos trabajos humanitarios, visitando campos de refugiados y zonas de conflicto alrededor del mundo, quedando en la historia de la monarquía como uno de los rostros más queridos y respetados por la ciudadanía.