Este sábado 2 de septiembre es el cambio de hora en Chile, el cual, según diversos psicólogos y doctores, puede afectar significativamente a las personas.
¿Qué consecuencias puede tener el cambio de hora?
Diversos expertos han advertido que los cambios de hora desencadenan un desajuste en el organismo debido a las variaciones de la luz solar, que alteran los ritmos circadianos, influyendo en el estado de ánimo y en el humor. También se altera la secreción de melatonina, hormona que regula los estados de sueño y vigilia.
“El cambio de hora provoca una desalineación entre los ritmos de sueño vigilia y el ciclo de luz y oscuridad que genera un desfase de horario que provoca desrregulaciones variadas“, explicó a Emol Daniela Wachholtz, terapeuta ocupacional y académica de la Universidad de los Andes.
“Algunos de los problemas que pueden aparecer son somnolencia, irritabilidad, dificultades en la concentración u atención, incluso algunos trastornos fisiológicos como alzas o bajas de presión o de temperatura corporal“, señaló en conversación con Emol el director de Psicología de la Universidad de Las Américas, Luis Pino.
Wachholtz manifestó que también puede presentarse “dolor de cabeza, malestar generalizado y desafíos en la atención y concentración”.
Por otro lado, el otorrinolaringólogo y especialista del Centro del Sueño de Clínica Indisa, Roberto Arias, indicó que “la evidencia científica establece que lo ideal es que no existan los cambios de hora, ya que provoca alteraciones en las personas y pueden presentar en ellas mayor irritabilidad, cansancio, alteración de memoria, falta de concentración y sueño”.
Cabe destacar que los más propensos a tener problemas con el cambio de hora son los niños y los adultos mayores, por temas hormonales y de rutina, aunque también pueden presentar dificultades personas que padezcan alteraciones de sueño. “Sabemos que en la actualidad son muchas las personas pueden presentar un trastorno del sueño. Estos trastornos se pueden intensificar en los próximos días”, explicó la terapeuta ocupacional.
En el caso de los niños, sus reacciones más comunes son “los cambios en el estado de ánimo, desorientaciones en las tareas de las rutinas debido a los cambios de luz y aumento de la irritabilidad mientras se ajustan al nuevo horario”.