La lucha en la parte alta de la Premier League está más que emocionante y este domingo fue testigo de uno de los mejores partidos del fin de semana. El Liverpool lo ganaba, pero terminó sellando un empate 2-2 ante un aguerrido Tottenham.
El equipo de Jürgen Klopp supo reponerse a un marcador en contra y varias polémicas del árbitro, pero los de Antonio Conte no se quedaron de brazos cruzados. El resultado les deja un punto valioso a ambos, aunque los Reds sufre al ver cómo el Manchester City se aleja en la cima.
Kane abre, Diogo Jota lo empata
Liverpool necesitaba sí o sí llevarse los tres puntos desde la casa del Tottenham. Pero fueron los locales los que golpearon primero luego de abrir el marcador de manera temprana y dejarles todo cuesta arriba.
En 13’ minutos de partido, los Spurs se pusieron en ventaja gracias a Harry Kane. El delantero inglés recibió un tremendo pase filtrado de NDombélé y se metió libre al área para sacar un remate cruzado que dejó sin opciones a Alisson, desatando la locura en las galerías.
El Tottenham siguió buscando estirar las diferencias y estuvo cerca de lograrlo, pero finalmente fue el Liverpool el que terminaría abrazándose. Todo ocurrió en el 35’, cuando un pase de Robertson encontró a Diogo Jota por los aires, encajando un cabezazo que significó el 1-1.
Justicia divina para el Tottenham
El complemento adelantaba un partidazo y la verdad es que no decepcionó. Liverpool y Tottenham dejaron todo en la cancha buscando el triunfo, regalándole a los hinchas uno de los choques más emocionantes de este fin de semana.
Los Reds estaban desesperados por los tres puntos y lograron pasar adelante en el marcador pero con polémica. En los 69’ Andrew Robertson se encontró la pelota en el área chica y puso la cabeza para anotar el 1-2. No obstante, en la jugada previa Moh Salah fue a buscar el balón y lo bajó con la mano, pero ni el árbitro ni el VAR aparecieron.
La molestia era total por parte de los hinchas de los Spurs, pero una vez más se haría presente aquella frase de la “justicia divina”. En los 74’ minutos, Heung-Min Son entró al área y era cortado por Alisson, pero el rebote le quedó al delantero, quien se acomodó y cobró. 2-2 que levantó a los locales.
Para coronar una pésima jornada en cuanto al árbitraje, Robertson metió un tremendo patadón que le significaba una amarilla, pero ante los gritos y el aviso del VAR, fue expulsado. Eso sí, la ventaja en la cancha los locales no la supieron aprovechar.
Liverpool se lleva así un punto que lo deja a tres del Manchester City en la lucha por el liderato. El Tottenham se levanta poco a poco de la mano de Antonio Conte y se queda en el séptimo lugar de la tabla de posiciones. La Premier League, al rojo vivo.