El periodista Fernando Agustín Tapia es coautor del libro “Juego Sucio” junto a Francisco Sagredo, en el que se cuenta se relata la investigación sobre el auge y caída de Sergio Jadue como presidente de la ANFP hasta su escape a Estados Unidos por el los casos de corrupción en el fútbol mundial.

Y Jadue tenía como mano derecha a Mauricio Etcheverry, el nuevo asesor de Azul Azul bajo el mando de Sartor. En Radio Pauta, Tapia compartió su total indignación sobre el hecho de forma extensa, con un análisis tajante sobre el presente y futuro de Universidad de Chile bajo este camino.

“A esta altura trato de interpretar el sentimiento del hincha auténtico de Universidad de Chile que ha sufrido desde el punto de vista deportivo, pero que además ve con muchísima preocupación lo que ocurre a nivel institucional, y ciertamente está pasando de la rabia a la decepción y tristeza, pensando que el club está entregado a intereses muy oscuros”, dijo.

Agregó que “ayer los dos directores que representan a la casa de estudios entregaron una carta donde básicamente ponen en cuestión la probidad y trasparencia de la propiedad de Azul Azul. Es contundente por las denuncias que se han hecho en los medios de comunicación”.

“Y hoy nos enteramos que la actual regencia de Azul Azul, del grupo Sartor, estaría contratando como asesor nada menos que a Mauricio Etcheverry, el jefe político y brazo derecho de Sergio Jadue. Están llevando a trabajar a Azul Azul a alguien que estuvo estrechamente vinculado a la directiva más corrupta del fútbol chileno”, complementó FAT.

 

 

La indignación total de FAT

Con detalles y conocimiento profundo del caso Jadue, Fernando Agustín Tapia manifestó que la llegada de Etcheverry a Azul Azul “es insólito, es increíble. A estas alturas Sartor, que administra Azul Azul, ha perdido toda vergüenza. Huele a peligro. Siento que a estas alturas ya no se siente rabia, sino tristeza. Da cuenta que pese a todo lo que se ha hecho para transparentar el fútbol chileno desde hace una década, permanece. Hay una amenaza y señal de que la corrupción ha llegado con toda fuerza al fútbol chileno”.

Continúa: “fue el asesor directo de Jadue como presidente de la ANFP y, según nuestra investigación que hicimos en su momento, establecimos que estaba al tanto de cada una de las actividades de Jadue, las licitas e ilícitas. Era Etcheverry, era su hombre de confianza. A quien le confesó que se iba a Miami mucho antes que la gente lo supiera. Quiero creer que Azul Azul revertirá esto, porque de no ser así, Sartor se está vinculando con el asesor directo del dirigente más corrupto del fútbol chileno. ¿Cuál es la señal que quieren darnos?”.

Tapia añadió que “cuando establecí (en una columna) que el Jaduismo vive… Estamos predicando en el desierto. En cualquier otra circunstancia esto sería un escándalo que implicaría una acción pública de alguna de las instituciones fiscalizadoras, ¿pero qué sucedió? La actual directiva de la ANFP desistió de una querella por las situaciones internas de la administración Jadue. Todos sus acompañantes y cómplices quedaron libres de polvo y paja. Por eso él sale con tanta personalidad a decir muéstrenme alguna querella, y no hay… no está inhabilitado legalmente. Lo que yo hago es un cuestionamiento ético”.

 

Incluso, considera que “si Azul Azul contrata a Etcheverry como asesor, queda inhabilitado éticamente para ser presidente de Universidad de Chile club, que ocupa el nombre de la casa de estudios. La U no se puede seguir vinculada con estas personas. (…) Puedo sospechar muchas cosas, pero quiero ser responsable: Etcheverry no enfrenta en Chile ninguna acusación formal, pero quiero explicar por qué, porque va a salir diciendo que es un invento de la prensa y que quieren manchar su nombre. Hasta el 2018 en Chile nuestra legislación no establecía condena alguna para sobornos entre privados. La ANFP es una institución privada que firma contratos con otras empresas privadas. Lo que se podía hacer ahí no estaba penado por la ley. Por lo tanto, los fiscales a cargo de la investigación llegaban hasta ese límite. Sí hay un cuestionamiento ético. Yo esperaba que los que participaron con la administración de Jadue fueran apartados”.

Por último Fernando Agustín Clark pone el grito en el cielo: “En su carta Carolina Coppo y Andrés Weintraub establecen la postura de la casa de estudios, cuestionan la probidad y transparencia, esto es grave. Hablan que esto no representa los valores y principios de la Universidad de Chile, y ese es el único argumento del que se puede agarrar la casa de estudios para poder impugnar la concesión”.