La historia de Alejandro Tabilo (103°) está marcada por un momento decisivo que cambió su carrera. Aunque la relación con Chile nunca fue una duda, un enfrentamiento contra Nicolás Jarry (96°) en 2016 le dio la motivación final para vestir la camiseta nacional.
Este partido, que podría haber pasado desapercibido para muchos, fue el punto de inflexión que lo llevó a jugar por el país de sus raíces.

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El anhelo de Tabilo
Desde pequeño, Tabilo fue criado en un hogar lleno de costumbres chilenas, pese a haber nacido en Toronto, Canadá.
Su padre, Ricardo, recordó hace un tiempo en una entrevista con La Tercera, que Jano siempre tuvo una conexión especial con Chile, disfrutando de la cultura local y de los partidos de la selección nacional.
La idea de representar al país siempre estuvo latente, pero su padre le permitiría jugar por Chile solo si alcanzaba el Top 400 del ranking ATP.
“Con Alejandro teníamos un trato, que consistía en que cuando se metiera en el Top 400 iba a jugar por Chile, porque si estaba muy abajo lo iban a chaquetear. Sin embargo, esta idea no le gustó mucho”, explicó Ricardo.

Alejandro Tabilo en 2015, antes de jugar por Chile (Getty Images).
El duelo clave con Jarry
En 2016, Tabilo se encontraba en pleno ascenso y, por azares del destino, se cruzó con Nicolás Jarry en un torneo de la serie Future en Canadá.
Fue en ese momento cuando su padre, en un impulso de motivación, le prometió que si vencía a Jarry, iniciaría los trámites para representar a Chile.
Tabilo, con determinación, se impuso con un 7-6 (6) y 6-4, derrotando a un Jarry que en ese momento ocupaba un puesto más alto en el ranking.

Nicolás Jarry y Alejandro Tabilo en dobles de París 2024 (Team Chile).

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Una promesa cumplida
Con esa victoria, Tabilo cumplió con su parte del trato y, a partir de ahí, comenzó su camino en el tenis chileno.
A lo largo de los años, tanto él como Jarry han protagonizado una interesante rivalidad.
Hoy, ambos se pelean constantemente por ser el número uno de Chile, pero esa decisión tomada en 2016 sigue siendo uno de los momentos más importantes de su carrera.