Tomás González contó su verdad en un libro autobiográfico. Además de declarar abiertamente su homosexualidad, el gimnasta chileno acusó a su ex entrenador, Yoel Gutiérrez, de abusos. ¿Cuál fue la respuesta del técnico?

En conversación con La Tercera, el entrenador se mostró molesto ante la denuncia de su ex pupilo. “Me entristece y me desconcerta. Jamás imaginé semejante declaración, jamás imaginé eso”, señaló Gutiérrez, sorprendido.

Pero para entender esto, hay que explicar lo que pasó entre ambos. Según narra Tomás González, tras ser plata de los Panamericanos de Río y oro en la World Cup de Glasgow 2007, Yoel Gutiérrez quiso subir la vara e intentaron un nuevo salto, más complejo, en una competencia. Tommy terminó fallándolo y su ex técnico le habría dicho “¿por qué fallaste? ¡Maricón!”.

“Me sentí pésimo. Mal, mal, mal…”, recordó González, quien, a su regreso a Chile, comenzó a sentir intensos dolores en la espalda. Aún molesto, Gutiérrez le ordenó no pisar el gimnasio hasta resolver sus dolores, por lo que el gimnasta fue a terapia, hizo reposo y volvió una semana más tarde.

La sorpresa es lo que le dijo su coach cuando volvió a aparecerse por el gimnasio. “¿Cómo te atreves a desaparecerte? Eres un mediocre”, le habría dicho. Una bienvenida calurosa, aparentemente.

Vamos con lo que respondió respecto a los hechos Yoel Gutiérrez. El ex coach de Tomás González, además de mostrarse sorprendido, señaló que todo era mentira. “Recuerdo esos episodios. Analicé lo que dijo y es lamentable. Ahí falta a la verdad, pero nadie es dueño de la verdad. Él puede decir lo que le plazca, pero no es correcto decir que algo no ocurrió. Eso no ocurrió, se lo juro por mis dos hijas, por mi familia”, aseguró el ex técnico del gimnasta.

“Cada vez que se terminaba el año, nos juntábamos su mamá, su papá, él, mi señora, que era la encargada de gestionar los pasajes. Hacíamos una retroalimentación. Él me planteaba las cosas, y me decía que todo bien. Y lo hicimos desde el 2007 hasta el 2012. Después de los Juegos Olímpicos, nos reunímos en el Club Manquehue, siempre ahí, o por ahí cerca. Ese año, después de los Juegos Olímpicos, nos reunimos y le pregunté qué se pudiera mejorar. Yo era el entrenador, yo era el adulto”, prosiguió Gutiérrez, para dejar claro que había cercanía con su entrenado.

Finalmente, con broche de oro, la entrevista de La Tercera con el coach cubano termina con éste dando una hipótesis de lo sucedido: “Estoy tranquilo, no tomaré acciones legales. Nadie tiene el poder de manchar mi nombre, ni manchar mi imagen, al menos que yo lo permita. Yo no tengo el control de las cosas que por maldad puedan ocurrir sobre mi persona (…) Yo peleaba con las federaciones por él. ¿Qué maltrato? A veces pienso que en la sicología hay una especie de pensamiento mágico, que nos hace creer lo que queremos. Él se creo ese pensamientro destructivo, secuestró sus neuronas, secuestró su cerebro y se vio secuestra su ideología y su alma. ¿Cómo el puede odiarme cuando yo lo quiero? ¿Es la única persona que me odia de todos los deportistas?”.