Marcelo Gallardo lo quería y River Plate se lo llevó a cambio de 3,6 millones de dólares. Paulo Díaz llegó en agosto a River Plate, en el mayor salto de su carrera por pedido expreso de uno de los mejores entrenadores de Sudamérica.
Pero no siempre tuvo esa aprobación. El defensor chileno recordó el momento en el que su carrera como futbolista quedaba truncada, cuando jugaba de delantero y le cerraron las puertas por un tema físico.
“Estuve primero en Cobreloa y después me probé en Audax, donde jugué hasta los 15 años, pero mi salida fue algo dolorosa. Me dijeron que no iba a poder jugar porque era muy chico y muy flaco”, reconoció en diálogo con Fútbol Joven Chile.
A la distancia, Díaz todavía se lamenta por la decisión. “A esa edad a cualquier niño le puede pasar eso, porque está en desarrollo, pero fue muy doloroso para mí y ahí fue donde hice el cambio de posición y me fui a probar a Palestino como defensa”.
Ahí cambió el panorama. Fue bicampeón en el Campeonato Sub 19 y debutó en el primer equipo en 2014: “Me había luxado un dedo del pie izquierdo y me habían dicho que no iba a poder jugar, pero les dije que iba a dar todo para llegar”.
“Estuve entrenando toda la semana con el dolor y me daban unas pastillas para sentirlo menos, jugué todo el partido bien y en los u´ltimos minutos me dolía de una manera que no podía poisar, fue contra Cobreloa en Antofagasta, Lo llevo siempre marcado en mi mente y mi corazón.