La ex panelista de “Buenos Días a Todos” Macarena Tondreau se abrió a revelar cómo reconoció, enfrentó y superó la depresión que afectó a fines de 2019 y principios de 2020, incluso cuando ya llevaba más de un año fuera de la televisión, alejada de todo el ajetreo y estrés que esas labores conllevan.

Un encuentro con Martín Cárcamo en el programa deInstagram”Pijama Party” fue el momento para sincerarse sobre esta enfermedadque en Chile se presenta con síntomas sospechosos en al menos el 15,8% de lapoblaciónmayor de 15 años, en tanto que el 6,2%la padece.

La figura televisiva de 45 años partió contando que “yo creo que venía arrastrando hace tiempo algo. Uno como está en una rueda de trabajo donde más encima hay un tema de imagen que no puedes demostrarte mal. Y no lo pesqué, como que lo dejé pasar

“La primera parada fue cuando salí del matinal, el 2018, que fue como ‘estoy fuera, no sé si quiero seguir en televisión’, porque me habían ofrecido en La Red, dije que no, entonces fue como ‘¿por qué estoy diciendo que no?’. Ya partí con muchos cuestionamientos de qué quiero de mí“.

“Pero como la manera en que salí de televisión fue tan brusca, se me presentaron muchas oportunidades de pega, porque claro, estuve mucho en la palestra. Entonces eventos por todos lados y volví a meterme en esta rueda y no alcancé a pensar”, continuó en su relato.

Tondreau vio afectada su salud mental justo cuando se detonó la Revuelta Social en Chile, momento en que gran parte de las actividades se paralizaron debido a las protestas que se expandieron por Chile.

“De repente llega la crisis social, se acaban los eventos, se acaba el trabajo, me encierro y fue como ‘chuta’. Se me vinieron todas estas cosas a la cabeza, todavía sin pescarlas mucho a fines de octubre. Diciembre me voy a la playa y ahí me fui a la cresta”, recordó sobre el punto clave.

Entonces, explicó que “lo que pasa es que yo no soy de las personas que demuestre mucho, no externalizo lo que me pasa, entonces mis amigas me veían igual, mi marido igual, los niños igual. Pero por dentro estaba con esta sensación de que nada te hace feliz”.

“Y me empecé a sentir como las pelotas, porque era ‘tengo una casa maravillosa, tengo tres hijos perfectos, un marido que amo con mi vida, tengo todo lo que quiero, económicamente estoy bien, físico, salud, ¿qué me falta?, ¿por qué estoy así?’”.

“Me seguía cuestionando, en las noches me daban ganas de llorar, a veces me encerraba sola en el baño y lloraba y lloraba, respiraba, me secaba la cara y partía de nuevo para que los niños no me vieran mal. Pero ya era un ritmo espantoso”, confesó la ex integrante del matinal de TVN ante Cárcamo.

“Y a finales de las vacaciones, porque fueron dos meses en playa, finales de febrero dije ‘tengo que hacer algo, tengo que salir de esta’”, añadió.

El diálogo con el animador del Festival de Viña del Mar luego derivó a los efectos que tuvo en ella el periodo que tuvo depresión.

Subí de 57 a 69 kilos, o sea me eché 12 kilos en tres meses, estaba gorda. La parte física da lo mismo, pero hay algo que te lleva a eso. Entonces igual te miras al espejo y es como ‘no puedo ocupar pantalones, no puedo ocupar buzos’, estaba todo el día con vestidos anchos, me miraba el cuerpo y no me quería, mi autoestima estaba como las pelotas“, describió.

Y luego, “no me sentía capaz de hacer nada, porque no puedo cuidarme físicamente porque no soy capaz, porque estoy con una ansiedad de mierda. No sé en lo que quiero trabajar, porque no sé qué es lo que quiero en la vida. No sé si quiero volver a la televisión o no”.

A fin de cuentas, “eran tantas preguntas que llegué acá en marzo, me siento y le digo a Alfredo ‘mi amor tengo depresión’. Y me dice ‘¿qué?, ¿cuándo?, ¿en qué minuto?’. Porque enero y febrero casi no nos veíamos, si él estaba entre los conciertos y los festivales. Le dije ‘estoy mal, no ando llorando porque no soy de esas minas, pero no quiero nada’. Y partí al siquiatra y fue como ‘hola, ¿qué se hace acá?, ¿qué le cuento?’. Fue súper difícil para mí enfrentarlo y reconocerlo. Súper difícil“.

Pero hubo algo que la marcó particularmente. Tondreau explicó que “lloré mucho. Boté muchas cosas que tenía guardadas. Pérdidas. Cuando falleció Ricarte Soto, a mí esa cuestión me destruyó la vida, muy amigos, y nunca viví el duelo tampoco, me faltaron los consejos de él. Fueron muchas cosas las que se juntaron”.

Eso hasta dar con una solución inesperada. “Entre el siquiatra, que fui pocas veces porque dije ‘tengo que salir sola’. Y si hay algo que me sirvió mucho, que es muy raro, empecé a ayudar a personas a través de Instagram, ya estábamos en la pandemia. Empecé a aconsejar a gente por Instagram, gente que estaba mal“.

“Empecé a bajar de peso, pero para bajar de peso me metí a estudiar nutrición, porque quería entender por qué se producían las subidas de peso, qué pasaba con mi organismo, por qué mi cabeza influía en mi cuerpo”.

“Y sin darme cuenta empecé salir de este desastre que tenía. Me gustaba la parte social, empecé a hacer campañas por Instagram para ayudar a gente con la embarrada de la crisis. Me empecé a llenar de cosas y sin darme cuenta, por querer ayudarme a mí, terminé encontrando las cosas que me gustaban.

“Finalmente me di cuenta que más que depresión, estaba perdida, como que me daba lo mismo la vida”, puntualizó Maca Tondreau.