El periodista Luis Sandoval desclasificó una graciosa anécdota sobre la ocasión en que estuvo drogado en el momento que le tocó entrevistar a distintos artistas durante una cobertura del Festival de Viña del Mar.

En medio de una distendida conversación en Me Late, durante la que se habló del uso de sustancias y los rostros de televisión, a propósito de un audio en que Sergio Lagos explotaba de la risa, Sandoval decidió contar su propia experiencia con las drogas, con el detalle particular de que fue en medio de una jornada laboral.

“Una vez la tarotista Cristina Araya me dio antes de ir a trabajar y después me dio, después yo quedé pero así… Me dio la pálida”, partió diciendo Luis.

Entonces, contó que “en TVN, yo estaba pasando por un periodo de estrés. Estrés, estrés, estrés. Estaba en el Buenos Días a Todos, en el matinal. Entonces, ella me dice ‘¿sabes qué, Luis? Estás súper nervioso’. Estábamos en Viña del Mar, tu cachai que durante el festival uno no duerme”.

El asunto es que “estaba tan nervioso, tan estresado, que me dice ‘mira, hoy día te voy a ir a ver a tu hotel, pero espérame, porque vas a estar súper relajado. Tengo una terapia súper buena para ti’. Yo pensé que iban a ser flores de Bach, reflexología, quizás qué mier… Me pasé miles de rollos”.

Llegó al hotel, a las siete de la tarde. Y yo me tenía que ir a la Quinta Vergara a entrevistar a los famosos que llegaban al túnel. Saca un piticlín (sic) y me dice ‘esto te va a hacer súper bien’. ‘No le hago a esa’, le digo. Eso no es para mí, tía”, continuó su relato entre risas.

Yo empiezo así ‘oh, está bueno. Está rico’. Seguía probando y de un momento a otro, ella se fue, andaba con su pareja y su niñita. Se fue, me deja solo en el hotel. Yo me ducho y todo y parto a la Quinta Vergara. De repente, voy llegando y andaba como raro. Yo no me había dado cuenta de que no hablaba”.

“Llega el primer artista, parece que era Paloma San Basilio o alguien, y mi camarógrafo prende la luz y voy a entrevistarla y yo…”, comenta Sandoval, a la vez que gesticula en un diálogo incomprensible. “¡Y no me salía la palabra! Tenía la lengua completamente dormida”.

“Ella me miraba así como ‘¿estás bien?’. Se me durmió toda la lengua y no podía hablar. Después a la segunda, pasó lo mismo. Y el cámara me dice ‘tú no estás en condiciones para andar entrevistando… Por favor, deja que los otros periodistas hagan las preguntas. Y ¡tú no preguntes nada! Cuélgate de las preguntas’“.

“Yo obviamente no hablé más y después… ‘¿cómo estás, Luis?’ Y yo… Eeeh”, añadió, haciendo el gesto de sólo asentir.

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