Más de 1.000 cajas de frambuesas chilenas están siendo retiradas de Estados Unidos por la empresa exportadora que las llevó a Norteamérica. Esto, luego que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por su sigla en inglés) detectara una posible contaminación con hepatitis A en frutas.
Ante la delicada situación, la exportadora está retirando voluntariamente cerca de 1.260 cajas de frambuesas chilenas congeladas. Por medio de un comunicado, la reguladora señaló que la “exportadora Copramar retira frambuesas congeladas de James Farms debido a posible riesgo para la salud”.
De acuerdo a la información entregada por la FDA, las pruebas realizadas a los frutos, “indicaron la presencia de hepatitis A en frambuesas congeladas de la marca James Farm identificadas con el código UPC: 76069501010 y el código de lote: 22-165”.
También se detalló que las cajas retiradas, se encuentran en Restaurantes de nueve ciudades estadounidenses. “Las frambuesas congeladas retiradas del mercado están empacadas en cajas de cartón de 10 lb para servicio de alimentos con la marca James Farm. El producto se vende exclusivamente a través de las ubicaciones de Restaurant Depot/Jetro en Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Massachusetts, Rhode Island, Pensilvania, Maryland, Virginia y Delaware”.
Por el momento, “no ha habido informes de enfermedades o reacciones adversas hasta la fecha relacionadas con este producto”.
Hepatitis A
Desde el regulador estadounidense hicieron un llamado a las personas que pudieron haber consumido las frambuesas a “consultar con su profesional de la salud o el departamento de salud local para determinar si una vacuna es adecuada, y los consumidores con síntomas de hepatitis A deben comunicarse con sus profesionales de la salud o el departamento de salud local de inmediato”.
Según la FDA, “La hepatitis A es una enfermedad hepática contagiosa que resulta de la exposición al virus de la hepatitis A, incluso a través de los alimentos. Puede variar desde una enfermedad leve que dura unas pocas semanas hasta una enfermedad grave que dura varios meses. La enfermedad generalmente ocurre dentro de los 15 a 50 días posteriores a la exposición e incluye fatiga, dolor abdominal, ictericia, pruebas hepáticas anormales, orina oscura y heces pálidas”.
“La vacuna contra la hepatitis A puede prevenir la enfermedad si se administra dentro de las dos semanas posteriores a la exposición a un alimento contaminado”, agregan desde la FDA.