Una de las grandes dificultades en el área de la salud es la de conseguir sangre para las transfusiones, sobre todo porque no todos los tipos de sangre son compatibles y algunos son escasos, sin contar además los riesgos que se generan porque la sangre puede venir infectada o ser rechazada por quien la recibe.

Con ese dilema unos científicos japoneses trabajaron en el desarrollo de una sangre artificial universal, avance que podría terminar con la necesidad de los bancos de sangre y los llamados a donar cuando ocurren accidentes o problemas de salud que lo requieren, ya que esa sangre debe ser devuelta por quien recibe la transfusión.

El hallazgo científico está en fase de prueba aún, de hecho lo han realizado con conejos y han tenido grandes resultados y en el mediano plazo comenzarán las pruebas con humanos.