Daniel Alves llegó a Qatar para hacer historia y este viernes lo logrará, pues titular en el partido contra Camerún en la tercera jornada del Grupo G del Mundial. A los 39 años, el multicampeón se convertirá en el jugador de mayor edad en representar a la selección brasileña en una Copa del Mundo. 

En rueda de prensa este jueves, el jugador celebró lo que será este hito en un país tan futbolizado. "Para mí, representa el hecho de poder estar vistiendo la camiseta de la Selección Brasileña. No importa la competición o que sea un partido amistoso"

Agregó que "es un orgullo estar todavía representado en la selección. Han pasado muchos años y es una gran satisfacción poder cerrar este ciclo jugando un Mundial".

De hecho contó que si no jugaba un minuto, y solamente Tite lo llevaba para alegrar al grupo humano, no tenía ningún problema. "Mi misión en la selección es dar lo mejor de mí. Hay 26 jugadores con la capacidad de entregar. En los dos partidos que no estuve, nuestro equipo lo hizo bien. Estoy al servicio de la selección brasileña". 

En ese aspecto bromeó contando que "si tengo que tocar la pandereta, seré el mejor con el pandero que hayas visto. A veces, no se trata solo de jugar al fútbol. La selección brasileña va más allá del campo. Todos son importantes dentro de su misión". 

Además asegura que no le molesta estar en un rol más secundario. "Sé mi momento, sé lo que le entrego a la selección, sé que algunos jugadores pueden ser mejores", entendiendo que ya no es el mismo que, por ejemplo, brillaba hace 15 años en la Copa América 2007.

Finalmente abordó las críticas recibidas. "Para estar en la selección brasileña, alguien tiene que pagar la cuenta. Si estuviera en Barcelona, no existiría este debate (su último club fue Pumas). Es algo que me molesta, pero no es algo que me afecte. Confío en mi trabajo", indicó Alves.