Barcelona y todos los equipos grandes del fútbol europeo deberán hacer grandes esfuerzos durante el próximo mercado de transferencias. La falta de liquidez y la crisis económica obligarán a utilizar la imaginación para acceder a los refuerzos soñados.

Y en el cuadro catalán tienen dos objetivos claros, pero muy costosos. Neymar y Lautaro Martínez, en conjunto, superan los 300 millones como costo proyectado. Y el Barça espera pagar con dinero y jugadores.

En ese contexto se pone Clement Lenglet al asumir la situación del equipo. "Nunca se sabe cómo será el futuro cuando se es futbolista, pero espero estar en el Barcelona la próxima temporada".

Según el defensor zurdo, su permanencia "dependerá de la ventana de transferencia", aunque asume que "es un periodo especial para los clubes y nadie está a salvo de nada, pero espero quedarme", en declaraciones a RMC Sport de Francia.

El caso de Lenglet es especial, ya que hoy ocupa el centro de la zaga con Gerard Piqué, después de quitarle el puesto a un Samuel Umtiti con el que pelea camiseta en la selección francesa, un protagonismo que se acentuó tras la llegada de Quique Setién.

"Hay varias razones para explicar esta situación. La llegada de un nuevo entrenador, Samuel lo hizo bien cuando jugaba... Las cartas se redistribuyeron, pero después de eso más o menos los dos jugamos lo mismo", reconoció el ex hombre de Sevilla y Nancy.

Lenglet es parte de una extensa lista de jugadores que pueden partir del Barcelona ante una buena oferta, una situación que vive especialmente Arturo Vidal, pretendido por el Inter y con chance de ser moneda de cambio ante el interés culé por Lautaro Martínez.