En ¡Nop!, dos residentes de un remoto pueblo en el interior de California realizan un descubrimiento tan insólito como escalofriante: una fuerza misteriosa que afecta el comportamiento humano y animal.

¿Son ELLOS? Puede ser… Pero el espectador difícilmente se va a encontrar con lo que se espera de una película sobre objetos voladores no identificados. Afortunadamente. La falta de películas tan originales como ésta en el cine solo abre la puerta para que lo nuevo del director Jordan Peele sea aún más relevante al momento de ser experimentado.

El diseño de la estructura de la película hace que su concepto brille primordialmente. Dos sucesos brutales sientan las bases para luego ir adentrándose paulatinamente en el misterio a desentrañar. El asunto es que con esas dos escenas el gancho ya está hecho. Inevitablemente se detona la curiosidad, se establece el misterio y se pone en marcha una inesperada seguidilla de eventos con ritmo firme hacia la impresionante revelación sobre la amenaza.

Review | ¡NOP! (Foto: Universal)

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¡Nop! | ¿Cómo es la nueva película de Jordan Peele?

Todo sale del marco de las películas de extraterrestres. Por eso lo que hace Peele está más emparentado con esa joya que es The Vast of Night (2020), que con la turbulencia de Independence Day (1996). 3 de 3 trabajos sobresalientes para el director que ya había desatado un comentario sobre el racismo de la élite con Get Out (2017), así como también habló de la rebelión de los oprimidos y sin voz en Us (2019).

Aquí plantea un examen a ese anhelo enfermizo humano de domar lo indomable, sobre todo si es más grande y poderoso que tú. Al mismo tiempo, pone sobre la mesa el consumo desbordante de información, la puesta a prueba de la morbosidad de un potencial espectador y la despiadada forma en que los medios fagocitan la rutina de las personas, moldeando decisiones y formas de vida. El concepto “Oprah shot”, impuesto como un leit motiv en la película, no es gratuito: estar ahí, capturar el momento, empaquetarlo y venderlo. Una pulsión desde las mismísimas tripas del capitalismo.

Review | ¡NOP! (Foto: Universal)

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Ciertamente el hecho de que los protagonistas no se planteen la idea de cómo combatir el fenómeno para salvar el mundo sino que cómo sacarle provecho al mismo, ya te habla sobre cómo los eventos en esta película no son predecibles o siquiera convencionales en el estilo de las películas del género.

Los protagonistas buscan eludir el comportamiento de la masa, porque la gente siempre va a ser gentey, ante un fenómeno que desconocen, las audiencias se desatan, caen presas de la incertidumbre, aún cuando buscan destapar explicaciones racionales para lo que están presenciando. Un comentario muy apropiado para los tiempos que se viven, no solo por la pandemia, sino que también por los movimientos ultra conservadores que siguen cobrando relevancia en el mundo, distorsionando la realidad para aprovecharla dentro del marco de sus intereses.

Review | ¡NOP! (Foto: Universal)

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En ese lienzo, la apuesta te mantiene al borde del asiento con un examen sobre lo que es la concepción del espectáculo, no sólo cinematográfico sino que también en sus variadas formas de entrega, cualquiera sea su impacto o costo. Incluyendo la posibilidad de controlar a un animal que en algún momento pueda desatar todo su instinto primitivo contra “su amo”.

“Mi chimpancé se está comiendo a mi amiga”, dijo una desesperada Sandra Herold a la recepcionista del 911 en 2009, cuando su primate Travis atacó a Charla Nash en medio de una visita cotidiana. Esa pesadilla es real, de ahí parece emanar el sentimiento más primordial que alimenta esta película. Curiosamente, poco después del ataque, Nash reveló su rostro desfigurado en el mismísimo programa de Oprah Winfrey. Exacto, el “Oprah shot”en la vida real.

Review | ¡NOP! (Foto: Universal)

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Con ello en mente, en ¡Nop! existen unos momentos de suspenso que son simplemente para aplausos, como la escena en el establo tras el escape de uno de los caballos o el pasaje de la lluvia en la casa de los protagonistas. Testimonios de la maestría, paciencia y artesanía con que el director va construyendo el tejido de la trama.

Pieza fundamental en el tablero son los personajes de Daniel Kaluuya y Keke Palmer, cuyas personalidades radicalmente opuestas se complementan al son de las melodías de un Michael Abels estremecedor, para ejecutar un plan perturbador que incluso sacara risas inquietantes por su descabellado objetivo.

¡Nop! tiene un sabor distinto, por lo mismo arroja una experiencia, aunque enervante, finalmente placentera. Un suceso que merece ser visto en la pantalla más grande y con el mejor sonido posible. Tanto lo narrativo como lo técnico se funden aquí para entregar un triunfo absoluto sobre el manejo de atmósferas, el cine de criaturas y el drama con tintes de comedia incómoda, por las verdades que te arroja a la cara. Jordan Peele aquí se propone subvertir las expectativas y el resultado es fascinante.