Pese a la hazaña de devolver a Cobresal a primera división, su técnico Gustavo Huerta estaba de los más tranquilo y fue muy frío a la hora de explicar el éxito de su equipo.
“La receta es como vender pomadas, pero yo creo que fundamentalmente que hay buenos jugadores, bien organizados colectivamente y eso nos dio frutos casi todo el año. Buena primera rueda, mal inicio de segunda rueda, buena copa chile y retomamos en el momento justo, alza de los jugadores y eso redundo en lo colectivo que nos permitió terminar bien las 30 fechas y enfrentar la liguilla que fue tan dura como el campeonato, dejando en el camino a Santiago Morning, Wandererers y Cobreloa. La reacción de los jugadores fue extraordinaria, la verdad es que la actitud y compromiso de los jugadores estuvo por sobre cualquier problema”, le confesó al CDF
Consultado si son un equipo pobre, Huerta se mostró totalmente en desacuerdo. “No sé si tenemos pocos recursos, somos un club ordenado, no le envidiamos nada a nadie, la directiva nos da todas las comodidades, viajamos en aviones, los mejores hoteles, en ese sentido Cobresal es un lujo, este club tiene méritos para estar en la serie de honor del fútbol chileno”, afirmó.
Para cerrar, Huerta recordó a una pieza importante en la historia de Cobresal, y que hace poco falleció. “Ha sido un factor importante en mi vida, llegué en 1983 con Manuel Rodríguez Araneda, factor importantísimo en la historia de Cobresal, nos impregnaron de esa fuerza y eso quedó adentro, enraizado, y ese sentido de pertenencia he intentado impregnar a los jugadores, porque El Salvador es bien especial, cada vez hay menos gente, pero el esfuerzo de ellos, por eso no podemos dejar de reprsentarlos, el jugador se ha convencido de eso”, cerró.
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