Lionel Messi fue el gran protagonista del más reciente partido en el que Barcelona se llevó el triunfo por 2-0 sobre Sevilla al poner la asistencia del primer tanto con un preciso pase filtrado para la carrera de Ousmane Dembélé y luego marcando el segundo con una tranquilidad absoluta dentro del área para seguir con vida en La Liga.

El argentino, incluso, protagonizó una polémica en el compromiso pues pudo haber visto la segunda tarjeta amarilla por una falta sobre Jules Koundé antes del entretiempo pero el árbitro Hernández Hernández no lo sentenció la expulsión.

 

Para el segundo tiempo también tuvo la oportunidad de dejar una enésima imagen de lo desquiciante que puede resultar el argentino para las defensas rivales luego de superar a Joan Jordán, quien cuando vio que le iba a ser difícil detenerlo intentó tomarlo de la camiseta para frenar el avance.

Pero el mediocampista de Sevilla no estuvo ni cerca de agarrar a Messi, lanzó un primer manotazo infructosamente y entre la desesperación intentó por segunda vez pero la humillación solo se hizo más evidente. Otra demostración que cuando el capitán culé está en su día es tarea casi imposible.

Barcelona y Sevilla se verán las caras nuevamente este miércoles cuando se midan en la semifinal de vuelta de la Copa del Rey en el Camp Nou, donde los catalanes buscarán darle la vuelta al marcador de 2-0 favorable para los andaluces.