Rodrigo Millar Carvajal nació en Arauco. Y como tal, no puede quedar ajeno ante los últimos sucesos del conflicto mapuche, en tiempos de especial sensibilidad en todo el planeta por males como la discriminación y el racismo.
“Me da mucha lástima ver que nuestro país tenga que estar viviendo eso con sus antepasados, porque soy un convecido de que estamos ahí por los mapuche”, sentencia El Payasito en conversación desde México con La Redgoleta de RedGol.
“Hay que se súper responsable para opinar. Yo estoy a no sé cuántos kilómetros y opinar desde la comodidad de mi casa es fácil. Hay que estar ahí y saber. Pero tengo absolutamente claro que se han hecho las cosas muy mal en torno al pueblo mapuche”, reflexiona el mundialista chileno en 2010.
Por eso, pide voluntad. “Se tiene que mejorar, remediar de alguna manera, porque son parte de nuestra cultura, nuestra historia. Y si estamos ahí, es gracias a ellos. Bueno, y a nosotros que también somos mapuche. Pero gracias a ellos, que pelearon por nosotros”, asume.
“No sé qué persona chilena puede decir que no tiene un gen o sangre mapuche. Yo seguro tengo, de eso no tengo ninguna duda, seguro. A lo mejor me ayuda, no lo sé. Pero me siento orgulloso. Nací en Arauco, tierra mapuche. Tener gen o sangre mapuche es motivo de orgullo y así de simple. Y siento que todos los chilenos algo tenemos de nuestros antepasados. El que diga que no es porque nació en Alemania, o no se acuerda”, explica el Chino.
“Me siento orgulloso. Nací en Arauco, tierra mapuche. Tener gen o sangre mapuche es motivo de orgullo y así de simple”
En ese sentido, no queda indiferente ante las últimas acusaciones de racismo en La Araucanía: “Es raro, una sensación rara. Pero así somos los chilenos. Siento que ni lo que pasó con George Floyd ni lo de Chile con el pueblo mapuche a estas alturas debería estar pasando”.
“Para que nos demos cuenta de que los seres humanos tenemos muy poco cerebro para algunas cosas. Todavía pensamos que podemos ser distintos por el color de piel o porque alguien tenga un poco más de plata. Pero al final del día somos todos iguales”, concluye.