Carolina Soto se diferenció de sus compañeros en Rojo no sólo por su voz, sino que también por las decisiones que tomó cuando alcanzó la fama y uno de los primeros temas que zanjó cuando tuvo dinero fue “ponerse pechugas”, mientras el resto se compraba autos.

“Me contaron una cosa”, le lanzó Julio César. “Que con los primeros eventos de Rojo todos se compraron un auto, ¿y tú qué te hiciste?”.

“¡Me puse pechugas!”, respondió convencida Carolina Soto. “Un aplauso para Carolina Soto, que ya pensaba distinto a los demás”, dijo entre risas JC.

Entonces, Soto se dispuso a ampliar la anécdota: “Todas se pusieron pechugas. En Metro, pero con pechugas”.

“¿Sabes lo que pasa? Es que cuando yo era chica veía que a todas mis compañeras les crecían las pechugas menos a mí, y dije ‘cuando tenga plata me voy a poner pechugas’. Que puede parecer un pensamiento medio básico, pero yo quería tener pechugas y eso hice. Mi papá me dijo que estaba loca”, admitió.

En esa época, Carolina tenía “22. Igual era chica. Pero para ese tiempo, mi papá era un señor bien adulto, entonces me decía ‘¿qué te vas a hacer?’. ‘Es que voy a entrar a pabellón’. ‘¿Por qué? Si estás bien’. ‘Es que me voy a hacer una cosita’. Mi papá me dijo ‘estás loca'”.

Carolina Soto confiesa lo que hizo con la plata de los primeros eventos de Rojo.

Carolina Soto: ¿Por qué la ex chica Rojo se puso implantes?

Rodríguez entonces explicó que “te lo pregunto porque en ese tiempo todos los cabros empezaron a llegar en auto”.

“Sí poh. Yo me demoré como un año más después de las pechugas”, admitió Soto.

Entonces, Carolina se lanzó a contar la razón para ponerse implantes mamario, indicando que “puede sonar bien estúpido. La señora en la casa puede decir ‘¡¿pero cómo?!’. No era mi sueño de la vida tener tetas, pero era parte de sentirme mejor, de verme al espejo y verme con un poquito más de bultito acá”.

“Cumplió hartas funciones. Pero fue bien criticado por mi entorno”, reconoció la cantante.

Tal reacción negativa vino principalmente de parte de su familia, “porque era más a la antigua, como el pensamiento de ‘si te ves bien así, sin pechugas’. ‘Te ves bien plana’. Y yo ‘no mamá, por favor déjame ser feliz con las pechugas'”.