A menos de tres meses del inicio pactado de la Copa América, con el enfrentamiento entre Argentina y Chile en Buenos Aires el 12 de junio, el coronavirus sigue avanzando en el continente y ya tiene suspendidas todas las ligas.

El panorama no es el mejor para el torneo que realizarán de forma conjunta Argentina y Colombia. No solo por la necesidad de recalendarizar los torneos locales en los meses venideros, sino también porque se desconoce cuál es el plazo que se tomará Sudamérica para volver a la normalidad.

Los dos países anfitriones han desplegado estrictas medidas para detener el avance de la pandemia, pero los indicadores adelantan que el peak de contagios puede llegar a fines de abril o comienzos de mayo, lo que posterga cualquier planificación.

"Es una medida que los presidentes de Conmebol van a ver. Esta situación es dinámica y se debe ver los casos de la enfermedad en esos países. Tenemos que hacer el análisis de trazabilidad pero ahora, no están las condiciones para que se juegue", explicó el presidente de la ANFP, Sebastián Moreno.

La evolución de la pandemia será la clave para la definición, pero no solo en el continente, ya que una buena parte de los jugadores sudamericanos que participarán del torneo de selecciones juega en Europa o México, donde también se ha extendido la enfermedad.

Será materia de análisis por parte de la Conmebol en un año especialmente complicado para los eventos deportivos internacionales, ya que el coronavirus también pone en riesgo la realización de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de Tokio.