Uno de los mayores éxitos del terror el 2023 y que finalmente llegó al streaming en Latinoamérica. Netflix estrenó el pasado 14 de junio Cuando acecha la maldad, la película argentina dirigida por Demián Rugna.
La película había tomado notoriedad en el mundo cinéfilo, sobre todo porque fue alabada por millones. De hecho, tiene un 97% de frescura en Rotten Tomatoes.
Si ya la viste en Netflix, seguramente quedaste con dudas tras el final. Aquí te lo explicamos.
Explicación de Cuando acecha la maldad
Una cinta con zombies o poseídos. Pero con la maldad presente desde el inicio es lo que expone Cuando acecha la maldad.
Personas “embichadas“, poseídas por un mal y que termina siendo quizás la mejor mezcla entre un zombie y poseído que hemos visto. Una tremenda premisa, pero que deja algunas dudas en cuanto al guion de la cinta.
Y es que la película empieza con todo, con escenas bastante gráficas y un supuesto embichado, Uriel, en los campos donde viven los hermanos Pedro y Jimi.
El final es quizás lo que más confunde, ya que dejan muchas cosas a la imaginación. Pero vamos al detalle.
Pedro, de manera bastante estúpida, no le hace caso a Martha que estaba a nada de limpiar a Uriel el embichado. Se va a buscar un hacha y deja que los niños la maten. Para luego cometer su último torpe error, matar a Uriel de un golpe en la cabeza y sin seguir las reglas que repitieron en toda la película.
Aquí sale un niño de su cuerpo, un diabólico niño. Esto se explica en que Martha ya había dicho que literalmente el diablo y la maldad se metían en los embichados. Y ahora Pedro lo había ayudado, hizo exactamente todo lo que quería la maldad.
¿Lo manipularon desde el inicio? Eso pareciera cuando la maldad llegó al pueblo. Y es que antes del final, es imposible no opinar quizás de las grandes fallas de la película: la estupidez del protagonista.
En su deseo por querer ayudar y salvar el día, comete errores que él mismo dice que no se pueden hacer. Partiendo por dejar todas sus pertenencias en su casa por la posibilidad de estar contaminadas, pero no duda en sacarse la ropa que trajo en el mismo hogar de sus hijos.
Esto quizás sí fue obra del director, y es que aquí quien termina siendo el villano es Pedro. Si él no interfiriera, no hubiera pasado absolutamente nada malo. Uriel se hubiera quedado postrado en su casa, solo haciéndole mal a su hermano y madre. Pero la maldad de alguna forma lo atrajo, cometiendo errores estúpidos con tal de querer ser el héroe.
Y es que la historia de Pedro, que quizás su trasfondo es de lo mejor armado de la cinta, explica todas estas malas decisiones. Agobiado por la enfermedad de su hijo y enterándose de que su esposa le era infiel, intentó suicidarse con sus hijos en la casa.
Un personaje que ahora buscaba algún tipo de redención, y el hecho de querer salvar a sus hijos cuando estaban a cientos de kilómetros del mal, fue bastante torpe.
Ahora, la película lleva un tono muy serio para ciertas decisiones del protagonista, que le da en bandeja al mal todo lo que quiere. Y que a veces tampoco calzan mucho.
Vemos que no solo no aprende nada, sino que va perdiendo desarrollo. Y aquí llegamos al final donde comete el peor error de no hacerle caso a quien tiene el conocimiento y le grita en la cara lo que debe hacer.
¿Qué significa el final de Cuando acecha la maldad?
Como explicamos más arriba, estos embichados como Uriel literal tienen un demonio dentro. Y con todas las decisiones de Pedro, finalmente lo ayuda a liberarse y desatar un mal aún más complejo en el mundo.
Y lo que pasa después es algo confuso, ya sea porque tiene un mensaje detrás o por una edición algo extraña. Vemos cómo después de que este niño sale del cuerpo de Uriel y se va con todos los niños, no sin antes marcar a Pedro como señal de agradecimiento, él se va a la casa de Martha.
Ahí se junta con su hermano, quien había visto cómo el zombie de Sabrina, exesposa de Pedro, se había comido a su hijo Santi, quedando solo Jair.
El tema es que aquí ocurre algo raro, ya que vemos cómo Jimi llora posiblemente por la muerte de Santino. Y de la nada, nos trasladamos a la casa de Pedro y Jimi en el campo, porque este último se acerca al granero donde está el hermano de Uriel, con una pistola y revelando que él también había sido alcanzado por la maldad.
Mientras que en la casa, Pedro está con Jair quien come finalmente helado de manzana. Y ahí este descubre que su hijo se comió a su abuela, la mamá de Pedro. Recordemos que anteriormente, Martha descubrió que Jair estaba poseído.
Se lo dijo a Jimi, quien al parecer se olvidó del tema al volver a su hogar. Al mismo tiempo, vemos cómo habían ignorado el hecho de que no estaba su madre, o si sabían que había muerto; ignoraron quién pudo haber sido.
Una comunicación algo extraña en el final, pero que en la explicación lo simplificamos: Jair sigue estando poseído, pero como tiene autismo, es más difícil que la maldad lo maneje 100%.
Aun así, se comió a su abuela. Pedro, ante esto, grita y llora de la impotencia de que por más de que intentó salvar a sus hijos (salvados de él mismo que les llevó la maldad), ya había perdido a uno, a su mamá y ahora seguramente Jair. La maldad no los iba a dejar tranquilos.
Es un final tenso y con emoción, pero que también pierde profundidad al no comprenderse estos puntos que pasan por alto. Sobre todo porque si Jimi sabía que Jair estaba poseído, por qué no lo habló con su hermano.
Son puntos extraños de una muy buena idea de estos embichados, con un hombre buscando ser el héroe de una historia que sabemos que no lo es. Pero la maldad nunca termina y eso entendemos en el final de la película, que la maldad ganó y se seguirá esparciendo.