Cada 29 de marzo se conmemora el Día del Joven Combatiente en Chile. Si bien en las últimas décadas la fecha se trasforma en jornadas de violencia en distintas zonas del país, la historia de la fecha tiene un trasfondo profundo que muchas veces es ignorado.

Todo se remonta a la década de los 80’, época de cientos de protestas contra la dictadura cívico-militar de Pinchet. Las movilizaciones eran lideradas, principalmente, por jóvenes de ese entonces. En este contexto, la jornada del viernes 29 de marzo de 1985 quedó marcada en la historia por la crueldad de los hechos y el asesinato a tres jóvenes, dos hombres y una mujer de entre 18 y 21 años: los hermanos Vergara Toledo y Paulina Aguirre; esa misma jornada, además, fueron secuestrados José Manuel Parada y Manuel Guerrero, del Caso Degollados.

Día del Joven Combatiente

Rafael y Eduardo Vergara Toledo y Paulina Aguirre tenían algunas cosas en común. Los tres jóvenes pertenecían al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y las dos familias fueron perseguidas por la dictadura por su activismo político; en el caso de los Vergara Toledo, el grupo familiar era víctima de constantes amedrentamientos, mientras que Aguirre tuvo que sufrir de cerca las torturas a su padre.

Paulina Aguirre Tobar

La joven de 21 años volvía a su casa en la comuna de Lo Barnechea cuando fue interceptada por Carabineros a eso de las 23:15 horas. De acuerdo con la información entregada por la CNI, a Paulina se le pidió la identificación, momento en el que habría sacado un arma y, en esfuerzo por repeler el ataque, los efectivos la habrían herido mortalmente.

Lo cierto es que la joven pereció al instante. Tenía ocho impactos de bala, dos de ellos le atravesaban la cabeza, de acuerdo al informe entregado en la autopsia. La investigación concluyó que Paulina estaba desarmada y estaba siendo perseguida desde un mes antes de su brutal asesinato.

Hermanos Vergara Toledo

Según relata el Museo de la Memoria, los hermanos fueron perseguidos por Carabineros, quienes luego los emboscaron para asesinarlos.

“Aquel 29 de marzo, los hermanos fueron perseguidos e intentando huir del operativo corrieron por las calles de Estación Central, pero cerca de Las Rejas con 5 de Abril fueron baleados por carabineros de la comuna. Eduardo recibe tres impactos de bala, uno de ellos en el corazón, y cae abatido en el acto. Rafael, más adelante, voltea para ver a su hermano y ayudarlo, pero una ráfaga de disparos en su contra se lo impide”, relata el museo.

Momentos más tarde, Rafael fue interceptado por Carabineros. La policía uniformada lo arrastra hacia un vehículo policial y allí lo golpean en reiteradas oportunidades, pese a que ya se encontraba reducido. Posteriormente le disparan en la cabeza y dejaron su cuerpo junto al de su hermano tirados en plena vía pública en Las Rejas, Estación Central.