La vida de Reinaldo Navia vivió un antes y un después el 6 de febrero de 2000. En Londrina, el delantero anotó el gol del triunfo sobre Argentina (1-0) que clasificó a Chile a los Juegos Olímpicos de Sydney y se convirtió en el primer triunfo oficial sobre la Albiceleste.

A veinte años de ese momento histórico, el popular Choro conversó con RedGol desde México y recordó el significado que tuvo esa jornada. "Imagínate ese día, con una selección que realmente no daban mucho por ella. Y bueno, fue algo realmente milagroso", reconoció.

El torneo tuvo su punto de quiebre cuando Brasil derrotó 9-0 a Colombia y permitió que la Roja avanzara a la ronda final. "Después de que se dio eso dependíamos de nosotros, nos dio fuerzas y el buen fútbol a cada jugador para llegar a las Olimpiadas", asegura.

En lo personal, Navia asume que "a lo mejor no fui el goleador-goleador en la selección. También pesaron circunstancias muy diferentes a las de hoy, en que juegan un montón de partidos. Antes costaba un mundo jugar".

"Pero siempre marqué goles importantes y eso hizo que mi apellido quedara marcado en el fútbol chileno, goles a selecciones grandes como Brasil y Argentina, y en momentos importantes e históricos", asume el porteño.

El plantel tenía a jugadores que saltaron al exterior como Cristián Álvarez, Claudio Maldonado, Rodrigo Tello, Pablo Contreras, Rodrigo Meléndez, Rafael Olarra, David Pizarro y Héctor Tapia. Navia hizo la mayor parte de su carrera en México.

"El recuerdo me llena de alegría, dan ganas de retroceder en el tiempo y volver con los compañeros. Con lo que hicimos antes y como está el mercado hoy día, valdríamos una fortuna, porque la mayoría de los jugadores llegaron lejos", reconoce el ex goleador.

Hoy le queda el recuerdo para su familia: "Mis hijas no lo dimensionan, pero la más chiquita es la que más sigue el fútbol. Ahora estaba viendo el video del gol y escuchaba ¡Navia, Navia., Navia!; abrió así unas pepas y se emocionó. Me dijo 'papá, eres famoso'", nos comenta.

Y se queda con el cariño de la gente. "Estoy agradecido del pueblo chileno, que me respeta mucho. A siete años de retirarme hay gente que me dice 'yo tenía diez años, el gol de Londrina, el gol a Brasil, estaba con mi papá en el estadio'. Y me emociono", finaliza.