Este domingo el Celta de Vigo cayó como local por 2-1 frente al Valencia en Balaídos por la fecha 16 de la Liga española.

El español Iago Aspas, abrió la cuenta a los 11 minutos para el equipo anfitrión, pero al marcar sintió una molestia.

El jugador de 34 años sabía que se había lesionado, y no podría seguir jugando, por lo que rápidamente se sacó la camiseta con el afán de recibir una tarjeta amarilla.

¿Por qué quería ser amonestado? Porque esa correspondía a su quinta tarjeta en el torneo, por lo tanto sería suspendido para el siguiente partido, el cual probablemente tampoco podría haber jugado debido a la lesión.

"Venía sintiendo unas molestias desde hacía tiempo y en el disparo creo que me rompo. Pero no me ha dado tiempo a pensar (en que tenía cuatro amarillas y forzar la quinta). Me ha dado mucha rabia y mucho ímpetu. Lo que lamento es no poder ayudar a mis compañeros en el próximo partido", dijo tras el partido Iago Aspas.

De todas formas, en los medios españoles adelantan que Iago Aspas podría ser sancionado por esta acción antideportiva con un partido más de suspensión y una multa de 600 euros, según el reglamento de la RFEF.