Sin lugar a dudas la vainilla es una de las especias más utilizadas en la cocina por su versatilidad y aroma. El condimento es ideal para darle sabor y un agradable olor a las preparaciones dulces como pasteles u otros postres.

Su dulce aroma logra resaltar de tal manera que se vuelve casi indispensable en la cocina, perfumería o terapias aromáticas.

Eso sí, quienes probaron alguna vez la esencia del fruto tropical sabrán que su sabor no coincide precisamente con el olor, es más, tiene un gusto más bien desagradable a las papilas gustativas.

¿Por qué la vainilla tiene mal sabor si huele tan bien?

Lo primero que se debe tener claro es que el extracto del fruto es extremadamente escaso y, por lo mismo, un costo muy alto. Ante la demanda, el mercado creó una versión más económica: la esencia de vainilla.

Y es aquí donde radica la gran diferencia entre el extracto de vainilla real y la esencia, ya que la esencia se prepara de forma sintética, tratando de imitar el aroma y sabor del fruto, pero no proviene directamente del fruto.

El proceso sintético parte de otras sustancias, tales como la corteza de pino, aceite de clavo de olor o el salvado de arroz, entre otros componentes. Además se le agrega elementos como agua, etanol y extractos químicos, entre otros compuestos.

Considerando que en la mayor parte de los hogares se utiliza la versión económica se responde el porqué la vainilla un aroma cautivante y un sabor más bien desagradable.