La reacción de los jugadores de Universidad Católica frente al arquero Martín Parra, que se fue al piso luego de la explosión de unos tronadores a su lado, fue de molestia. Sus colegas de Universidad de Chile reclaman, incluso, que hubo improperios cuando comenzaron a abandonar la cancha en el clásico de cuartos de final de Copa Chile en Valparaíso.

Parra fue conducido en camilla a una ambulancia y raudamente a una clinica de la zona oriente de Santiago. Mientras tanto, los médicos azules determinaron que el joven portero había sufrido un "trauma acústico agudo". El partido fue suspendido y Parra pasó la noche internado en observación.

Sin embargo, las dudas se mantienen, al menos en dos porteros emblemáticos del fútbol chileno. Consultados por Redgol, Óscar Wirth y Eduardo Furniel descreen de la versión el Chuncho y sacan conclusiones de un incidente que se era bastante común en la década de los 80 y 90 del siglo pasado.

Primero alza la voz Furniel. "Con el respeto que merece ese chico y su gente, yo tengo dudas. Creo que se magnificó mucho. Si me equivoco, pido disulpas; pero no me parece tan grave para haber parado el partido", asegura el golero que en su minuto ascendió a Primera División en el arco de Universidad de Chile.

"Hay que estar ahí, a lo mejor estoy juzgando mal. Pero creo que se pudo haber manejado mejor. Sabemos que los fuegos producen eso, pero yo tengo mis dudas. Con el respeto que me merecen el médico, el arquero y sus dirigentes, no lo vi tan delicado para llegar a suspender un partido tan importante como un clásico", sentencia el Loco.

Óscar Wirth es de la misma idea. El arquero mundialista, hoy dedicado a la gerencia deportiva, habla pisando huevos. "Por lo que yo vi, creo que hubo exageración de una situación determinada, y que lamentablemente fue avalada por el cuerpo médico del club", advierte el arquero que jugó en los "cuatro grandes" del fútbol chileno.

 

 

"Después hubo personas que decían que el joven tuvo problemas acústicos por algo que reventó lejos de él. Si así fuera, no existirian los fuegos artificiales en las celebraciones de fin de año, porque echan a perder los oídos", reflexiona el golero con experiencia en Alemania, España y Colombia.

Wirth vivió épocas con mucho menos control, pero hoy son anécdotas. "Hasta con una radio a pilas me pegaron en la cabeza. Dicen que es algo acústico, no que algo lo golpeó a él... las cosas que están fuera del fútbol, están por sobre el fútbol, lamentablemente", concluye el ex integrante del cuerpo técnco de la selección chilena.