El momento crítico que vive Universidad de Chile en el Campeonato Nacional hizo que desde Azul Azul reforzaran al plantel con la psicóloga deportiva Carolina Delmónaco, con el fin de trabajar la parte mental de un plantel que se ha visto disminuído luego de seis fechas sin saber de triunfos.

"He tenido experiencia de trabajar con un psicólogo o psicóloga. Y bueno, siempre es importante. No ayudan sólo cuando van las cosas mal, también cuando están bien. Creo que puede ser importante, pero no sólo por el momento nuestro. En los buenos momentos también es relevante tener una ayuda, sobre todo para quién la precise, que muchas veces nosotros no vemos ni nos damos cuenta. Atrás de un jugador hay una persona, creo que está bien que el club tenga una psicóloga. Es algo bueno, que suma y positivo, un aporte más", comentó el entrenador Diego López, abarcando la situación como un problema más personal que grupal.

Algo bien diferente con experiencia que tuvo Delmónaco en el Audax Italiano y Las Diablas, mundialistas en hockey, donde la profesional ahora en la U tiene una difícil misión en un grupo que, por ahora, ha visto amigable su presencia.

"Su trabajo ha caído bien en el plantel: no es invasiva, respeta los espacios y no ahoga a los jugadores con mucha información", detallan en el diario La Tercera, donde hicieron un análisis del método y las estrategias que ocupan, desde varios puntos de vista.

“Es un tema más técnico, que uno no entiende mucho, pero sí ella trabajaba muy en concordancia con el cuerpo técnico, le daba todas las herramientas para destrabar los problemas, desenvolverse con los jugadores. Hablaba mucho con los jugadores en forma particular, desde el punto de vista de los conflictos que pudiesen tener en la cancha”, revela Lorenzo Antillo, expresidente de Audax Italiano.

 

 

Las Diablas 

 

En la histórica participación de Las Diablas del hockey las acompañó en los Juegos Panamericanos y, ahora último, en el Mundial, que se jugó en España y Países Bajos, donde Chile tuvo un histórico decimotercer en la competencia.

“Llevamos un par de años trabajando con ella, casi tres. Nos acompañó en el proceso hacia el Mundial, en el Panamericano. Y estuvo en el Mundial en Países Bajos. Es una persona cercana, trabaja todas las fortalezas mentales para afrontar los desafíos y torneos y también individual y colectivamente, especialmente en el análisis de los partidos”, destaca Manuela Urroz, referente del equipo.

En ese sentido, destaca las estrategias que puede lograr con las jugadoras en base a los objetivos que se quieren lograr: "Durante el último tiempo vimos la visualización antes de cada uno de nuestros desafíos. Se trata de ponerse en el contexto del partido, en las situaciones de juego que se podían dar. También se trabajó después de cada partido en el análisis”, cuenta.

“El trato es profesional, pero hay una cercanía. Ella tiene mucha energía, motiva con sus palabras, es activa, alegre. Me pongo a pensar en el Mundial y teníamos 10 personas en el staff. Ella cumplía el trabajo en el análisis post partido y en cómo enfrentar el siguiente desafío. Nos ayudó muchísimo”, enfatiza.

 

 

Trabajo con el cuerpo técnico

 

 Sergio Cachito Vigil lideró el equipo de hockey que hizo la histórica campaña en el Mundial, en un proceso donde el trabajo y la comunicación con Delmónaco fue fundamental. 

"A Caro la conocemos hace tres años. Una cosa interesante es que trabajó mucho desde el staff hacia las jugadoras. Nos ayudó mucho en el staff a transmitir y a recibir los mensajes de las jugadoras. Su forma de acercamiento fue muy auténtica, abierta, muy humana, espontánea. Eso hace que la jugadora se abra. Crea un vínculo de confianza. Ante el conflicto, lo hace ver de una forma distinta a cómo podría visualizarlo uno. Genera motivación. No es invasiva. Por el contrario, se adapta a todas las circunstancias. Tiene estrategias interesantes, particulares para llegarle al jugador y al grupo”, comenta Diego Amoroso, parte del staff.

En ese sentido, para el grupo que lideraba la delegación fue un aporte, porque “genera un vínculo, crea una familia, que hace que después, ante la adversidad o la felicidad, se viva de distinta forma. Hemos vivido momentos incómodos como en todo proceso, pero ese vínculo hace que todo sea muy importante”.

“Dentro de sus formas, ella trabaja mucho sobre la identidad del equipo, del plantel y sobre eso construye muchos objetivos. Hace trabajos grupales. En este Mundial nos entregaron un escudo diseñado por las mismas jugadoras, que tenía todos los elementos que conlleva al equipo de Las Diablas. Eso lo guió Caro. Y también tuvimos nuestra propia canción, al estilo actual. Las chicas fueron capaces de componer una canción que entonaban antes de los partidos. Con eso se sacaban presión. Son herramientas que no son comunes, que son bien particulares”, finaliza Amoroso.