El pésimo rumbo en el plano deportivo no es la única queja que se levanta sobre el presidente de Azul Azul, Michael Clark. El ingeniero comercial que tomó el mando de Universidad de Chile en octubre del año pasado, tras la compra de las acciones de Carlos Heller por parte de Sartor, está en su peor momento en la testera del León.

Lo deportivo está claro. Clark apostó por una gestión encabezada por Luis Roggiero que se cayó a pedazos en el primer semestre. Luego delegó la gerencia deportiva en Manuel Mayo y llegó un nuevo entrenador, Diego López, que hasta ahora sólo ganó un partido en el Campeonato Nacional y tiene a los hinchas azules sudando frío por el riesgo de descenso.

A esto se le suman los últimos eventos y, en particular, la designación de Mauricio Etcheverry, amigo del corrupto ex presidente de la ANFP Sergio Jadue, como asesor en materia de logística y operaciones. El serenense no tardó en reunirse con los árbitros y quedó a la vista que sus funciones eran más amplias, para cubrir el vacío que dejó la salida de Cristián Aubert.

De hecho, Redgol consignó la semana pasada que las credenciales que le entregó Clark al ex integrante de la ANFP le permiten incluso sentarse en la silla de Universidad de Chile en el Consejo de Presidentes y votar en nombre del elenco azul. Desde el CDA descartan esa opción, pero la posibilidad está.

Molestia en Sartor
 

Existen varias versiones respecto a lo que se conversa en las oficinas de Sartor. La compañía posee el 90 por ciento de las acciones que vendió Carlos Heller, y Michael Clark el resto. El problema es que la impopularidad del timonel ha llegado a las oficinas y el nombre y la imagen de varios de los representantes del sector se ha viralizado en las redes sociales.

El debate pasa por el color futbolístico de estos personeros, vinculados emocionalmente a Universidad Católica, lo que ha sido objeto de reproche y trolleo en internet y que incluso llevó a que una decena de hinchas se manifestara en las barbas de los inversionistas. Un gasto injusto, dicen, ya que no todos sabían de la llegada de Etcheverry.

El análisis que se hace es que Clark no ha sido capaz de cumplir todas las labores que se le encomiendan a una autoridad de su nivel, como ser interlocutor frente a la ANFP y los otros clubes, imponer la opinión de Universidad de Chile en las esferas dirigenciales, e incluso tener una línea directa con el plantel. Otro déficit de la actual gestión.

Por esta razón, desde este sector ya comenzaron a sondear nombres para un eventual enroque en la presidencia antes de fin de año. La intención es que un personero de carácter ejecutivo reemplace a Clark y puede rearmar el modelo de cara a la conformación del equipo para la campaña 2023, y no esperar hasta la Junta Ordinaria de Accionistas de Azul Azul, en abril.

Otra versión que circula es la de la incomodidad del propio Clark con el cargo, que le ha representado un importante costo personal y que, de momento, ve muy complejo de remontar en materia de reconocimiento de los hinchas. El timonel hoy se encuentra aislado y no cuenta con los respaldos necesarios dentro y fuera del CDA.

Con estos antecedentes en carpeta, ya comenzó la búsqueda de un abanico de postulantes para convertirse en nuevo presidente de Azul Azul. Clark seguirá en el directorio, pero saldrá de la primera línea y sus obligaciones quedarán a cargo de dos administradores, el nuevo presidente y el gerente técnico, asistido por el directorio.