María Jimena Pereyra se sinceró en diálogo con el programa De tú a tú, donde reflexionó sobre su vida, pero también en un pasaje de la conversación con Martín Cárcamo habló de cómo su sexualidad le ha provocado inconvenientes a su carrera.
El intercambio comenzó con una reflexión sobre su momento actual. Pereyra aseguro que “han sido los más bellos que he tenido. Tiene que ver con la madurez, el hecho de estar haciendo lo que me gusta. He estado muy estable en cuanto al trabajo. Ha sido una etapa de crecimiento y de tomar conciencia con la vida”.
“Siempre fui de entregarme mucho. Nunca me he preocupado de estudiar ni de analizar, uno siente nada más. Recuerdo desde muy pequeña hacer deportes con hombres, siempre me gustó jugar a la pelota. Era la única mujer en el equipo del pueblo. En esa época tampoco uno tiene la sexualidad desarrollada, pero me encantaban los niños, tuve noviecitos, y mi novio de adolescencia“.
“Pero a esa edad empieza la inquietud de observar, de mirar más a una compañera o a la profesora de danza, pero tenía mis novios. Nunca viví la sexualidad con ningún prejuicio. Siempre fui muy libre. No me importaba si tenía novio o novia“, explicó.
El tema no era algo que hablara con su padre, “ellos sabían. Quizás no lo hablaban abiertamente. Yo llegaba con una amiga y después me veían con mi novio. No sé si llamarlo bisexual, pero pasé por una etapa en que tuve novio, pasé a novia, y luego a novio, y nunca me lo planteé como algo extraño“.
“Nunca me senté con mis padres a decirles ‘soy así’. Nunca me lo preguntaron o lo daban por sentado. Me acuerdo que para la época de Rojo en que se especulaba tanto, mi papá me dijo ‘tú juega con eso, juega con la ambigüedad, como Miguel Bosé. Da lo mismo lo que piense la gente, tú juega, sácale partido’“, confesó.
Fue entonces que las palabras se inclinaron hacia conocer si era algo que le provocó inconvenientes para desempeñarse profesionalmente. Algo que se replica al hablar de redes sociales, sobre todo por ciertos comentarios negativos que aún le llegan.
De acuerdo con Pereyra, “a nivel latinoamericano todavía vivimos en una sociedad bastante machista, donde todavía hay prejuicios donde ‘ah, pero si conquista mujeres no puede conquistar hombres’. ¿Por qué no? Si son personas y puedo jugar a la seducción con eso”.
Eso sí, “nunca oculté mis relaciones, pero quizás al público en general no era el momento de hablarlo abiertamente como sociedad. Quizás se me hubieran cerrado muchísimas las puertas“.
El golpe más fuere que le llegó en la cara fue “cuando tenía sello discográfico y cuando empezaba la época de lanzar un disco y la promoción, de que nunca me permitieron sonar en determinadas radios porque soy homosexual. A la gente que trabajaba conmigo le daba vergüenza decirme ‘Jime, no te van a tocar porque eres gay’“.
“¿Qué tiene que ver eso con mi trabajo, con mi música, con lo que yo quiero transmitir en mis canciones? Es que es así, y a eso callarse la boca y no poder hacer absolutamente nada”.
“Es injusto, pero uno tiene que saber seguir adelante. Yo voy a seguir trabajando”, concluyó.