La actriz Ingrid Cruz sacó a relucir el complicado momento que experimentó y que la condujo a renunciar a su continuidad en Canal 13.

En medio de una transmisión en vivo, donde conversó con Elisa Zulueta, Paloma Moreno e Ignacia Baeza, la protagonista de Demente postuló que “a mí me han pasado cosas en la tele terroríficas”.

“En Canal 13 lo pasé muy mal cuando me fui. Muy, muy mal, porque además venía de un proceso muy duro. Había perdido a mi hijo. Estaba en Plutón. Y me tocó vivir una discriminación de la san puta madre, un trato”, continuó.

“La vez en que peor me han tratado en la vida”, recalcó, antes de contar que en ese entonces la llamaron los ejecutivos del área dramática del canal, justo después de perder un embarazo. Y cuando se preparaba para reaccionar con “el speech para decir ‘no puedo ahora, no estoy bien'”, la realidad era que “me llamaron primero para despedirme”.

Si bien argumentó que “tengo fuero maternal, acabo de perder a mi hijo”, finalmente no tuvo que pelear mucho, porque “no me pudieron echar, porque el canal me apoyó de inmediato, porque de verdad el canal me tenía mucho cariño”.

Pasado un tiempo, las cosas comenzaron a complicarse y Cruz confiesa que “me humillaron tanto, tanto, tanto”.

Cuando el área se enfocó en sacar adelante la teleserie Primera Dama (2010), protagonizada por Celine Reymond, Ingrid había postulado previamente para el rol protagónico, pero los responsables de la producción la rechazaron.

“Me dijeron que no porque ‘estaba gorda y vieja'”, fue la bomba que dejó caer Cruz en medio de la conversación con sus colegas. “‘Estás muy vieja, estas muy gorda, no estás para esto; te voy a dar un personaje que está perfecto para ti. Este personaje es maravilloso porque ella no puede tener hijos. Y como tú acabas de perder uno, sabes perfectamente cómo hacerlo'”.

Luego de ese violento comentario, Ingrid Cruz decidió huir de ese lugar. “Esa fue la razón por la cual yo me fui de Canal 13. Me fui a TVN por la mitad de mi sueldo y dije ‘en esta weá yo no me puedo quedar. No puedo, no puedo…’ Increíble que todavía me duela”.