Roger Federer (8° del ATP), de 39 años, no ha podido recuperar su nivel después de la operación a la que fue sometido en 2020.
El suizo cayó en octavos de Ginebra, se retiró de Roland Garros y este miércoles se fue en segunda ronda del Abierto de Halle, tras caer ante el canadiense Felix Auger-Aliassime (21°).
Federer salió visiblemente afectado de la cancha y tardó más de dos horas en volver para la conferencia de prensa. Luego, explicaría que no se sentía bien para hablar en público.
“Necesitaba tiempo para digerir el tercer set, no estaba contento por cómo terminó. Me tomé mi tiempo porque no quería decir cosas equivocadas influidas por las emociones”, señaló.
Sobre el partido, lamentó: “Tuve muchos altibajos. Un gran primer set, el segundo estuvo bien y luego del primer quiebre del tercero estuve decepcionado. Fui muy negativo, que no es normal en mí. Mi actitud fue mala, no estoy orgulloso de ello. Eso fue decepcionante. Lo bueno es que sé lo que no tengo que hacer la próxima vez. Tengo que mirar para adelante porque lo puedo hacer mejor”.
Roger reconoció que no ha sido fácil volver de la operación: “El proceso de rehabilitación fue un gran desafío para mí. Todos los que se han sometido a múltiples cirugías saben de lo que estoy hablando. Las cosas ya no son fáciles y esa es a veces la mayor preocupación”.
Finalmente, sobre su futuro, afirmó: “No quiero tomar ninguna decisión tonta. Quiero ser positivo y mirar hacia mi próximo objetivo que es Wimbledon. Mis planes ahora son volver a Suiza y tenemos tiempo para discutir cuál es el mejor plan ahora, tengo tiempo para decidir cuáles son los próximos pasos”.