Gualberto Jara terminó el 1 de octubre su ciclo en Colo Colo, pero no como esperaba. Lo sacaron del Fútbol Joven para tomar el primer equipo y los resultados fueron negativos, al punto de que el Cacique está peleando por la permanencia a falta de cinco partidos para que finalice el Campeonato Nacional.

Y aunque el paraguayo está en un periodo sabático, espera volver pronto al fútbol que tanto quiere. Aunque no le hace muecas a nada: Jara reconoció que en el pasado fue chofer de Uber en Chile, durante un periodo de cesantía.

En conversación con La Redgoleta de Redgol, el ex entrenador de Colo Colo decidió contar su historia. "No tengo problemas. Sí, yo tuve esa experiencia por un tiempo, era un momento que no estaba trabajando en el fútbol", repasa.

"Bueno, una forma de ocupar mi tiempo, de hacer un cierto aporte, una ayuda social con esa actividad que realmente me gustó en el sentido de que uno tiene la posibilidad de conocer a mucha gente, de conversar, de vivir otras realidades, de saber que fuera del fútbol que es mi pasión, mi vida propiamente.  Existen otras situaciones, otro tipo de personas, de la cuales uno va conociendo, va participando, interiorizándose de muchas situaciones que uno metido en el fútbol no tiene el tiempo de conocer", revela.

 

 

El ex asistente de Gustavo Benítez se muestra conforme con su vivencia fuera del fútbol: "Pude trabajar en esa forma y conocer más, distraerme más y salir del tema del fútbol y a la vez una forma de trabajar de conseguir ingreso que siempre ayuda. No tengo problema en hacerlo público".

Uno de los principales beneficios que le dio su empleo fue descubrir la ciudad: "Aprendí a conocer más Santiago y sus alrededores, cosa que en el fútbol casi nunca lo hacía, porque no teníamos tiempo de salir o de conocer tan siquiera la zona céntrica y pude conocer lugares que antes ni siquiera me imaginaba".

 

Pero que más destaca es el hecho de "conocer a mucha gente que también me conocía y aprovechábamos de conversar de fútbol. No solamente era gente de Colo Colo, si no también de otros equipos. Pasé una experiencia agradable dentro de todo que me alejó un poco del fútbol, ocupé un tiempo en buena forma".

Gualberto cierra con una reflexión y llega a la conclusión de que las ganas de volver a la actividad tiran: "La presión nos absorbe y nos separa mucho de la familia, nuestros hijos crecieron y no nos dimos cuenta, todo por el tema del fútbol, pero al mismo tiempo cuando queremos descansar y tener un tiempo con la familia, a veces nos volvemos locos y queremos volver al fútbol, estar en la cancha, en contacto con los jugadores".