Conmoción hacausado este jueves la revelación de una serie de antecedentes que apuntan a fiestas tanto masivas comoprivadas que se dieron en la localidad de Cachagua, en Zapallar, y que detonaron múltiples contagios con Covid-19 entre sus asistentes, entre ellos personas identificadas como Pancho Correa y Tere Tagle, quienes se han vuelto los temas más comentados en redes sociales.
Todo quedó expuesto principalmente con la viralización de una serie de audios de Whatsapp, en los que una mujer relata cómo se habríaesparcido el coronavirus entre elgrupo de personas que participó en más de uno de los festejos a propósito del Año Nuevo durante elfin de semana pasado, en la acomodada localidad costera de la Región de Valparaíso.
La joven además identifica a múltiples individuos que formaron parte delos eventos yademás, en una especie de acto de trazabilidad,identifica cómo el Sars-Cov-2 se fue propagando entre quienes interactuaron esos días, entre ellos.
Así surgen los nombres dePancho Correa, estudiantes del colegioEverest, Víctor Beza, la “Jose” Escobar, alumnas del colegioHuelén, también del establecimiento San Benito, a alguien que es apuntado como”el pololo de la Mane Fernández”, Andrés Faul, junto con “Bosala y compañía”.
En el audio también se reconocea Pablo Insunza, “la Isi Reini” y ala Tere Tagle, quien “dio positivo y siguió carreteando igual”.
A esto se sumaron videos de las masivas fiestas que también comenzaron a surgir entre las publicaciones principalmente de Twitter, donde se ve cómo en esas instancias evidentemente no respetaron los resguardos sanitarios a propósito de la pandemia, ni en materia de distanciamiento social ni en el uso de mascarillas.
Tras el impacto que han causado estos registros, la voz del supuesto Pancho Correa figuróen otro audio filtrado de Whatsapp,para lamentar que lo mencionaran tantas veces y que se siente “funadísimo” por lo mismo.
En ese mismo archivo, también se indica que los contagios con coronavirus no sólo se han dado en materia de fiestas como las de Cachagua, sino que también en Santiago en lo que describen como una “misa clandestina”, donde “se dieron la paz y se contagiaron todos”.