Coquimbo Unido y el fútbol chileno siguen atentos a la recuperación de Fernando Díaz, quien no ha podido retomar sus labores en la banca pirata después de una grave neumonía. Ahora, el técnico de 62 años relató los difíciles momentos que vivió, su recuperación, y lo cerca que estuvo de la muerte.

En diálogo con LUN, Díaz confesó que “por segunda vez en mi vida, estuve cerca de ganarme un minuto de silencio en el estadio. La primera fue cuando era ayudante de Manuel Pellegrini en Liga Universitaria de Quito. Choqué con el auto y terminé como tres fracturas craneales. Fue milagroso salvarme”.

“Igual que ahora, porque si el shock séptico me hubiese dado en otro lado, seguro que no la hubiese podido contar. Soy como los gatos. Tengo siete vidas, pero ya me gasté dos”, reflexionó.

El entrenador agradeció al doctor Rodrigo Araya y al kinesiólogo Fabián Salas, quienes trabajan en el club y también en el Hospital San Pablo. “Cuando empecé a sentirme mal, de inmediato llamé al doctor, que estaba en el complejo Las Rosas, y le dije que me esperara ahí”, relató sobre el día que fue hospitalizado.

Un shock séptico mantiene internado a Nano Díaz | Photosport

Un shock séptico mantiene internado a Nano Díaz | Photosport

“No sé cómo tomé el auto y llegué al complejo, ya que estaba que me desvanecía. Muy mal, casi desmayado. Alcancé a llegar, me vieron los parámetros, reaccionaron de inmediato, me llevaron al hospital y llamaron para que tuvieran todo listo para mi ingreso. Eso fue fundamental”, relató.

Fernando Díaz relata el día que cayó en el hospital: “Quedé sin fuerza”

“Había estado en la mañana con los jugadores y fui a mi casa a vestirme para ir a almorzar con el plantel antes del partido con O’Higgins. De repente, no me pude mover de dolor y empecé a tener dificultad para respirar. Quedé sin fuerza. Esta enfermedad de verdad que destroza. Me paralizó”, explicó el DT.

“Venía con un cuadro viral que desencadenó en una neumonía, que ya me tenía casi sin moverme. Me metía remedios y seguía trabajando igual. Pero eso se juntó con la neumonía, que me agarró el pulmón derecho, parte del riñón y la pleura. Además, sufrí una infección por una inyección que me metieron el martes anterior al partido con O’Higgins”, contó.

El técnico pirata estuvo cuatro días en la UCI y luego tuvo que volver al hospital para someterse a una intervención por un derrame en uno de sus pulmones. “Menos mal que lo hicieron porque tenía más líquido de lo que parecía. Y me siento mucho mejor”, dijo.

“Este lunes repetirán el procedimiento en el otro pulmón y me dijeron que luego de eso, en la tarde, podré volver a mi departamento a seguir la recuperación con remedios y control médico. Sé que tengo para rato antes de recuperar la capacidad pulmonar y que se vaya de una vez este o el conjunto de bichos que me tumbaron y que estuvieron a punto de mandarme al otro lado. Es una lata, pero sé que la saqué barata”, cerró.

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