Una fuerte imagen se vivió este martes en la Copa Libertadores. Y es que, en el partido que terminó 2-0 a favor del Fluminense, en casa ante Argentinos Juniors, y que significó la clasificación a cuartos de final del equipo brasileño, se produjeron violentos incidentes en la tribuna visitante del Maracaná.

Y es que el conjunto trasandino quedó afuera en los minutos finales. A los 86′ igualaban sin goles, forzando a los penales luego del 1-1 en la ida. Sin embargo, en ese minuto, Samuel Xavier anotó el 1-0 y John Kennedy puso el 2-0 en el 90+7′.

En los minutos previos al gol, el DT de Argentinos, Gabriel Milito, se había ido expulsado, provocando la queja del Bicho de la Paternal. La frustración llenó el ánimo del conjunto argentino y eso se pudo apreciar con la expulsión de Santiago Montiel a los 90+9′.

A partir de ahí, escándalo. Los jugadores de Argentinos reclamaron robo, mientras que en la tribuna se originó una trifulca lamentable entre los hinchas visitantes y la policía brasileña. Esta última, sin escrúpulo alguno, disparó a quemarropa contra personas que se encontraban a pocos metros de distancia.

La situación se tornó muy tensa en la tribuna una vez finalizado el partido, con la policía utilizando además palos y gases lacrimógenos. Esto, mientras la hinchada trasandina pedía calma al accionar policial. Un duro momento que de a poco comenzó a viralizarse en las redes.

Lo cierto es que tras finalizar el partido, el jugador del club colorado, Lucas Villalba, señaló que “todo el mundo vio lo que pasó acá. Orgulloso de mis compañeros, orgulloso, pero lo que pasó acá dentro lo vieron todos”. La molestia era evidente en el club argentino, que no podrá emular la hazaña de 1985.