Walter Montillo sigue adaptándose a su nueva vida tras retirarse del fútbol terminado en triunfo de Universidad de Chile contra Deportes Antofagasta. La Ardilla salió con polémica de la U cuando era evidente que no quería colgar los botines todavía, pero ante la negativa azul para renovarle cumplió su sueño: que el Chuncho fuera su última camiseta.

“En la U y varios equipos del fútbol chileno te miden por la edad y no por lo que rindes en la cancha, pareces un seguro o una leche con fecha de vencimiento. En la U pasa mucho eso. Por eso demoró tanto mi regreso, estaba el tema de la edad, que estaba jugando en China, entonces a veces hay que medir como profesional, porque ahora los cuidados son mejores que antes en nutrición, entrenamientos de fuerza, temas de lesiones. Que se dejen de señalar con el dedo a los que tienen más de 34 años”, dijo Montillo en Radio Futuro.

Montillo se va junto a Matías Rodríguez y Jean Beausejour, que tampoco renovar, y Osvaldo González debe aún definir su futuro en los azules: “son chicos que han dejado todo por el club, que han dejado una huella muy grande no sólo para la U, sino para el fútbol chileno con mucho profesionalismo, sin involucrase en hechos extrafutbolísticos. Esos son los jugadores que hay que cuidar. Obviamente queríamos seguir en la U, porque te encariñas y le das en las buenas y en las malas, pero por ahí confundieron la forma”, expuso.

Sentenció que “cuando la dirigencia o un entrenador piensa que algún jugador cumplió un ciclo, hay otras maneras, no escondiéndose hasta el final y nosotros sin saber qué va a pasar, somos personas adultas y creo que nos hemos ganado ese derecho de saber las cosas anticipadamente. Ayer fue un día emotivo, pero lo importante fue consumar el resultado. Estuvimos hasta la última fecha pensando en la ponderada y sabiendo que si no ganábamos podíamos jugar el partido de promoción. Estábamos contentos por eso, por cumplir. Felices. Nos hubiese gustado seguir, pero nos vamos contentos”.

Y las críticas a la gestión de Azul Azul no pararon: “si me dices que la U tiene 25 millones de dólares para renovar el plantel y traer jugadores de nombres como nosotros, perfecto, el fútbol es así, se cumplen ciclos y vas renovando. Pero la U está pasando por un tema económico muy difícil. Si tiene cinco o cuatro jugadores, que somos los que no renovamos y que te jugaron todo el torneo y salimos terceros, no está tan mal. Bastante hicimos para que la U esté donde está. Esa renovación tiene que ser de a poco. Ya, yo no sigo, pero tienes a un jugador preparado para ocupar esa posición o lo traes de otro lado. Se va Beausejour. ¿Tienes un lateral izquierdo que juegue como Bose? Sí. Bueno gracias Bose, yo tengo este otro proyecto. No creo, ojalá que sí, que la U esté preparada para una Copa Libertadores. Los cambios no tienen que ser tan drásticos. A veces me han valorado mucho más afuera que en el club donde yo quería estar. No por mis compañeros, pero la dirigencia o nunca quiso que viniera o era una piedra en el zapato. Pienso en frío por qué conmigo, no pedí ni cobrar mucho”.

“Mi vuelta fue por Hernán Caputto, se jugó el pellejo. Venía todo bien hasta la llegada de Rafael (Dudamel), no sé quién me bajó el dedo, no sabría decirlo. Sí estoy convencido el entrenador no quería que siguiera, no le gusto, o no le gustan los jugadores de mayor edad, sino habría hecho un poquito más y no ser suplente. Me banqué muchas cosas hasta hoy. Tan mal no estaba lo que estaba haciendo. De los 52 puntos que sacamos jugué 48. Pero hay decisiones técnicas y otras de arriba, las acepto, pero no las comparto”, fueron los siguientes dardos de Montillo.

Por último sentenció tajante que “con el único que me sentaría a tomar un café es con Sergio Vargas y charlar frente a frente, fue el único que no salió a hablar con la prensa a echarle leña al fuego, me respetó. Yo igual me enojé con él, se lo dije. Cuando me pudo respaldar no lo hizo, o capaz lo hizo y no me enteré. Con él si me sentaría. Cuando firmé el contrato con Navarrete, que era el presidente entonces, le dije que no venía a polemizar por nada, sólo a jugar fútbol, pero que me quería tomar un café con Carlos Heller, porque la verdad quería saber el porqué de tantos años que me cerró la puerta. Pero nunca llegó ese café y nunca llegará. Vargas hizo fuerza para que volviera con Caputto, con los demás no tengo nada que hablar”.