Walter Montillo dejó caer varias lágrimas luego de la victoria de Tigre sobre Boca Juniors (2-0) en la final de la Copa Superliga, que se disputó este domingo en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. La Ardilla tenía muchos sentimientos guardados que afloraron con el pitazo final.

Las continuas lesiones que sufrió aportaron épica al resurgimiento del mediocapista que pasó por Universidad de Chile. "Los equipos cuando juegan bien tienen que ser campeones o quedan en el olvido. Para nosotros ganarle a Boca era importantísimo por darle la primera estrella a este equipo humilde. Esto es de todos", reflexionó Montillo.

No fue lo único, porque además Tigre descendió por los promedios y la victoria le permitió clasificarse a la próxima Copa Libertadores, de la misma manera que Santiago Wanderers la disputó en 2018 pese a haber perdido la categoría en el torneo anterior del fútbol chileno.

"Haberlo hecho después de descender tiene algo extra, así que la verdad (estoy) muy feliz. No sé si soy un emblema, yo soy lo que soy, un tipo que intenta hacer lo mejor dentro de la cancha y nada más", se confesó el volante, que sumó el sexto título de su carrera con pasos por Chile, Brasil y China.

Pero las lesiones que le hicieron tomar la decisión de retirarse por varios meses también fueron parte del análisis. "Por eso es el llanto, a uno se le vienen tantas cosas a la cabeza. Hace un año estaba entrenando solo con un profe y no sabía lo que iba a pasar. Hace siete meses estaba roto de la rodilla, por eso esto es un premio y un orgullo", completó.