Un 22 de marzo como hoy, pero en 1996, Universidad de Chile armó una fiesta y superó con un agónico 1-0 a Corinthians por el Grupo 4 de la Copa Libertadores en el Estadio Nacional. Los azules llegaban al duelo como bicampeones tras los títulos del 94 y 95, que ponían al Chuncho nuevamente en lo más alto del fútbol criollo tras décadas de crisis y sufrimiento.

Jorge Socías había dejado la banca y la dirección técnica de los azules estaba en manos del argentino Miguel Ángel Russo, hoy DT de Boca Juniors. En el grupo, la U y Universidad Católica compartían zona con Corinthians y Botafogo de Brasil.

En el debut la U superó por 2-0 a la UC como local y para el segundo duelo se les venía el Timao, encabezado por Leonardo y el “Animal” Edmundo.

El equipo de Russo tenía a Vargas en su mejor nivel como prenda de garantía, Valencia inspirado y Rodríguez fuera de serie. Salas ya era el Matador y lo seguían desde fuera. El entonces 11 azul jugaba sus últimos meses en la U.

Ante 55 mil espectadores y el Nacional y convertido en una caldera, la U formó ese día con Sergio Vargas; Cristián Castañeda, Ronald Fuentes, Cristian Traverso y Miguel Ponce; Cristián Romero, Pablo Galdames, Esteban Valencia (Víctor Hugo Castañeda, 81’) y Leonardo Rodríguez; Rodrigo Goldberg y Marcelo Salas (Walter Silvani, 84’).

Y fue un partido apretado, de esos que se definen simplemente como “de Copa Libertadores”. Pero la U logró sacar ventaja en los descuentos del segundo tiempo: Ponce y Rodríguez se asociaron, el balón llegó a Silvani y éste habilitó al Polaco Goldberg, que con un zurdazo cruzado venció la resistencia del arquero Ronaldo Giovanelli desatando la locura azul.

Con el pitazo final la U quedó con la sensación de poder vencer a cualquiera y cumplió la premisa. Igualó con la UC rescatando un punto de visita, derrotó a Botafo en casa para abrochar los nueve puntos de local y cayó en sus respectivos duelos en Brasil.

La U se metió en octavos de final segunda de su grupo tras Corinthians. Defensor Sporting y Barcelona de Ecuador quedaron en el camino para meterse en semifinales contra River Plate en una llave recordada hasta ahora, pero esa ya es otra historia.

EL EMOTIVO RELATO DE CARLOS ALBERTO CAMPUSANO